Cuando me invitaron a hacer rápel, no supe qué contestar. No soy del tipo de viajeras que busca la adrenalina en sus viajes; el ecoturismo tampoco es algo que llame mi atención. Después de analizar la propuesta por algún tiempo, finalmente dije: “sí”, ¿qué podría perder? En cambio, podría salir de mi zona de confort y probarme en situaciones nuevas y desafiantes.
Eran las 6:30 de la mañana y una camioneta ya aguardaba por mí y otros colegas para ir hacia Mil Cascadas, un paraíso natural que se encuentra a menos de una hora de Taxco, en el estado de Guerrero; el edén perfecto para los aventureros.
Luego de cuatro horas de carretera llegamos a Texcaltitla; ahí, la camioneta tomó un pequeño camino que nos llevaría a nuestro destino. Empezamos a subir por un empinado sendero rodeado de flores silvestres de color azul y amarillo. Unos diez minutos después llegamos a lo que parecía un casco de hacienda olvidado. Ya nos esperaban nuestros guías con el equipo listo y tendido en lonas. Nos explicaron cómo portar el arnés, el chaleco salvavidas y el casco, y una vez puesto empezó la aventura.
Primero nos dirigimos a una cueva que se encuentra a 10 minutos caminando entre árboles y rocas. De pronto, la vimos frente a nosotros. Entramos a esta oscura cueva y seguimos el único camino que había. Todo era oscuro, pero bastante calurosa, así que prendimos las luces que llevábamos en nuestros cascos. Después de una corta caminata nos detuvimos, hasta ahí llegaba la tierra firme y si queríamos seguir adelante tendríamos que lanzarnos dos metros hacia una poza; lo hicimos y nadamos un poco en esta alberca natural. Volvimos de vuelta y ahora sí emprendimos camino hacia las Mil Cascadas.
Este lugar también conocido como Las Granadas o como Mil cascadas, pues a lo largo de colina, cuesta abajo, hay una serie de cascadas y pozas con aguas cristalinas y en tonos verdes y turquesas, que marcan el camino. Estas son las albercas naturales de los habitantes de Texcaltitla y otras localidades, y desde hace poco también se ha convertido en el lugar predilecto de los viajeros que buscan naturaleza y aventura.
Bajamos una a una las cascadas; la caída de agua de algunas de ellas variaba entre los dos y los cinco metros, hasta que llegamos a la más alta de ¡35 metros!. Ahí sería donde haríamos rappel para descender. Los guías nos explicaron con detalle todo lo que tendríamos que hacer y las precauciones que teníamos que tomar. Practicamos con el arnés y las cuerdas en un árbol; parecía fácil, ¿pero realmente lo sería están a esa altura y en una superficie vertical?
Llegó mi turno de descender. Realmente no me sentía muy nerviosa, pero a los pocos metros de que empecé a bajar todo se complicó. Las piernas no las tenía en la posición correcta y perdí el control de la cuerda. Me costó un poco de trabajo controlar la situación, estabilizarme y volver a intentar bajar. Los nervios se apoderaron tanto de mí, que lastimé un poco mis manos, pues me aferraba a la cuerda como si fuera mi única salvación para evitar una terrible caída. Lo que no tome en cuenta fue que los guías que me esperaban abajo lo tenían todo controlado y era muy poco probable que aún perdiendo el control me cayera o accidentara.
Cuando por fin llegué a la poza me sentí liberada. Voltee hacia arriba y me sorprendí de haber hecho algo así. Aun con las “fallas técnicas” que viví en el descenso, ¡bajé 35 metros! Me sentí orgullosa, jamás me imaginé en una situación como esa y mucho menos a atreverme a hacer algo sí. Eso es lo que pasa en los viajes, nos desafiamos a nosotros mismos, conocemos otras facetas que de otra manera jamás hubiéramos dejado florecer.
Hacer rápel en Mil Cascadas fue una gran experiencia de vida. No sé si vuelva hacerlo, como dije líneas antes, no soy de esas viajeras que buscan este tipo de emoción, pero sin duda no me arrepiento de haber dicho “sí” a esta experiencia.
Recomendaciones para principiantes
Hacer rappel es una actividad desafiante y también muy divertida e incluso liberadora, pues en ese momento dejas atrás otros los problemas que abruman tu mente y logras enfocarte en el presente. Así que si anímate a practicar esta actividad, pero eso sí, debes tomar en cuenta que es importante tener una condición física saludable y no tener fobia a las alturas.
Antes de hacer rappel
- Si no eres de las personas que hacen ejercicio regularmente y llevas una vida sedentaria, te recomendamos empezar a caminar de manera constante, ya que este tipo de actividades requieren de una buena condición física.
- No tomes bebidas alcohólicas una noche antes.
- Mantente bien hidratado
- Descansa bien la noche anterior
Durante el rappel
- Pon atención a todas las indicaciones de tu guía
- Pregunta cuantas veces sea necesario y practica todo lo que necesites antes de descender
- Durante el descenso no olvides llevar las piernas separadas (a la altura de los hombros), de esa forma podrás mejorar tu equilibrio.
- Recuerda que la mano que colocas delante de ti es la que no ejerce fuerza, solo brinda equilibrio. La mano que va detrás es la que da control y la que nos detiene.
- Tómalo con calma, no llevas prisa. Ve bajando lentamente y como te sientas más confiado. Si lo haces de manera rápida o brusca, al no tener experiencia, podrías lastimarte.
Después del rappel
- Hidrátate bien
- Toma una ducha
- Pon tus pies en una tina con agua tibia y sal para relajar tus pies
- También puedes elevar tus pies para estimular la circulación.
- Descansa y duerme
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