Después de 6 años en Colombia, me decidí por fin a hacer este viaje a la isla de Providencia que forma parte del archipiélago formado por San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
¿Cómo llegar a la isla de Providencia?
La razón de que no haya venido antes radica en la logística para llegar a la isla. Desde el continente hay que viajar en avión hasta San Andrés y una vez allí elegir entre dos opciones: tomar un vuelo de apenas 25 minutos con la compañía Satena (el precio no suele sobrepasar los 200 euros i/v al cambio de hoy) o la segunda, un catamarán (unos 80 euros i/v al cambio) y un viaje de dos horas y cuarenta minutos con el riesgo de vomitar por los movimientos oscilantes.
Cristina y yo elegimos el catamarán y sinceramente para la próxima vez usaremos el avión. No he visto tanta gente vomitar al mismo tiempo en ningún viaje. Yo, personalmente, una vez vivida la experiencia, prefiero la comodidad y rapidez del avión. Pero como todo, esto es algo que depende de cada viajero.
Desembarcando en Providencia
Desembarcando del catamarán me sentí que estaba en otro país, que la siesta durante el viaje había sido tan profunda que no me di cuenta de que mi destino estaba fuera de Colombia. Apenas entendía el español que se hablaba en el muelle. Los oriundos de Providencia, que se comunican entre ellos en su creole, hablan rápido con los recién llegados, preferentemente en inglés, mientras van repartiendo el transporte de los turistas.
Los isleños, raizales, son gente muy organizada y cuando uno sale del puesto de control del puerto, puede preguntar a cualquiera cómo ir al alojamiento que tenga reservado. No hay peligro de engaños, los precios están regulados (25.000 pesos /7,5 euros la carrera) y la seguridad es total.
Cómo moverte por la isla de Providencia
Old Providence, como también se la llama, es de naturaleza volcánica y poco tiene que ver con San Andrés. Es mucho más montañosa y frondosa, de tamaño menor y con una carretera circunvalar que permite recorrerla en moto o carritos de golf tipo mule. Es importante tener algún medio de transporte porque a pie la labor de desplazarse sí es agotadora. Siempre se puede buscar también una bicicleta ya que el alquiler de una mule (5-6 personas) es de 130.000 pesos (40 euros) el dia. Una moto (2 personas) cuesta unos 80.000 pesos (24 euros) por el día completo.
Dónde alojarte en la isla de Providencia
Nosotros buscamos la tranquilidad de la bahía SouthWest. La zona de Fresh Water (o aguadulce) es también agradable e incluso hay muchos más restaurantes y un supermercado. Manzanillo (la “discoteca de la isla” por las noches) es otra zona en la que alojarse. Está también el propio pueblo o un sinfín de casas de hospedaje de nativos a lo largo y ancho de la isla. Repito, a menos que te hospedes por la zona de FreshWater, necesitarás transporte o hacer autostop para moverte sin mucho esfuerzo.
A ritmo de calypso llegamos a nuestro alojamiento, el Sirius, donde Paulino nos recibió de manera estupenda. Nos trató con una atención impecable, natural y desinteresada (típico comportamiento de la isla). Los isleños saben que tienen en sus manos un pequeño paraíso. No quieren turismo masivo, los turistas que llegamos allá no buscamos eso. Nadie monopoliza varios negocios sino que tratan de repartirse los diferentes eslabones de la cadena de oferta: uno tiene el alojamiento, otro el buceo, otra persona los tours guiados, otro el restaurante. Una manera organizada de mantener un nivel de vida en la isla de aproximadamente 5.500 habitantes.
Buceando entre tiburones y corales
Llegamos un sábado en la mañana y regresamos al miércoles siguiente. Cuatro días y medio en los que nuestra principal actividad fue el buceo. El centro de buceo lo teníamos justo al lado del alojamiento, nada más cómodo. Hicimos 6 inmersiones y puedo decir, habiendo buceado en varios países del Caribe, que este es de los mejores lugares que he tenido posibilidad de ver. La barrera de coral de Providencia se extiende por 33 kilómetros y es una de las mayores del mundo. Su coral vivo es hermoso y el resto de vida animal muy variopinta: desde señoriales tiburones de arrecife hasta pequeños peces payaso, viendo cantidad de cardúmenes de peces, tortugas o mantas raya. Las salidas, con dos inmersiones, rondan los 180.000 pesos (55 euros).
La oferta de ocio en la isla, además del buceo, incluye snorkel, caminatas ecológicas, excursiones en kayak alrededor de la isla de Santa Catalina (isla al lado de Providencia y que están unidas entre sí por un puente flotante de unos 150 metros), día en lancha alrededor de la isla o visita a los cayos, especialmente Cayo Cangrejo ya que se trata de un pequeño parque natural dentro de la isla por lo que hay que pagar adicionalmente unos 19.000 pesos (6 euros ) para conservarlo. En todas ellas, los guías hablan de la historia de la isla y de las leyendas del pirata Morgan mientras se disfruta de un lindo mar.
Dónde comer en la isla de Providencia
Otro aspecto que me sorprendió de la isla fue su sabor. Varios restaurantes compiten en sazón en sus platos. La comida no es nada barata y hay que tener en cuenta que llevar a la isla ingredientes y suministros es costoso. Los almuerzos después del buceo eran para visitar el Divino Niño y deleitarnos con su plato estrella: el mixto de mariscos. Una bandeja repleta de pescado a la brasa, calamares, langosta, caracol de mar, arroz con coco y patacón. Imprescindible.
Otros dos recomendados: Caffee Studio o Donde Martín, este último con varios premios internacionales en el haber de su chef, son dos maravillas de la cocina isleña. Un almuerzo o cena con bebida no baja de 40.000/50.000 pesos (12-15 euros).
Sin embargo, para aquellos que tengan presupuestos más ajustados, además de restaurantes con comida criolla (no mucho más barata), los supermercados están bien abastecidos y permiten comprar todo tipo de ingredientes para hacer sándwiches en el hotel.
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