De todos, éste quizá sea el destino que más visitado por los amantes del ecoturismo en la Sierra Gorda de Querétaro. Sobre todo por los grupos de motociclistas que, en los últimos años, han elegido los 30 km de largo y sinuoso camino de descenso hasta el campamento, ubicado a orillas del Río Extorax, como su preferido.
Aunque uno puede aventurarse por su cuenta en moto u otro vehículo 4x4, actualmente en San Joaquín se ofrece el descenso hasta El Jabalí en cuatrimotos. Las inigualables vistas y la experiencia de pasar del bosque de niebla al semidesierto en unos pocos kilómetros es una muestra de la diversidad de la reserva. Durante el camino se hacen algunas paradas para disfrutar del paisaje y comer algo, sin embargo es altamente recomendable guardar hambre para la llegada al campamento; René (un anfitrión del lugar) los recibirá con una suculenta y auténtica comida casera. Las cabañas están construidas al mejor estilo safari, por dentro tienen toda la comodidad que uno pudiera pedir (excepto wi-fi por supuesto, ¿quién querría checar su Facebook en este paraíso terrenal?). En una amplia terraza de piso de madera disfrutarás del amanecer o de una noche repleta de estrellas.
La cereza de este pastel está en Bucareli. Antes o después de hacer check-in en El Jabalí, vale la pena recorrer unos pocos kilómetros en bicicleta hasta el ex convento de Bucareli.
El camino serpentea y se pierde en el polvoriento horizonte, pasando junto a esta construcción que, a lo lejos, se parece a un enorme castillo medieval. Fue fundado por los frailes franciscanos que llegaron hasta estas tierras para evangelizar a los indios jonaces y chichimecas, así como fugitivos de Tolimán y Vizarrón por ahí de 1776. Al parecer, el convento nunca fue terminado. En su derruida fachada se adivinan rasgos del estilo neoclásico. Hoy en día puede verse gran parte del templo, una capilla anexa con su cúpula y el claustro donde antaño se conservaba una valiosa biblioteca. Además de su riqueza histórica, el lugar es un paraíso para fotografiar. Vale la pena ir al atardecer y deleitarse haciendo fotos entre sus viejos muros, las enormes campanas aún colgadas de la fachada y su pintoresca capilla.
Actividades sugeridas
-Cuatrimotos del bosque de niebla al semidesierto
-Bicicleta de montaña hasta la misión de Bucareli
¿Dónde está?
En México, y sobretodo en esta región, abundan los “Puentes de Dios”. Además del nombre y de una morfología peculiar, resultando de la erosión del agua un puente natural de piedra sobre el río, todos tienen en común una exuberante belleza.
Para llegar a este punto ecoturístico de Querétaro se tienen que tomar unos 17 km de la carretera que va de Pinal de Amoles a Jalpan y luego otros 5 km de terracería hasta el Campamento Río Escanela.
La noche allí no sólo sirve para relajarse escuchando, desde una acogedora cabaña, el constante paso del agua del río, sino también para platicar con los locales y aprender de la fauna, la flora y las historias de la región.
A la mañana siguiente puedes salir hacia el Cañón de la Angostura, a unos 20 minutos del campamento. Allí el Río Escanela se "encajona" entre altas paredes de piedra y lo encauzan por varios kilómetros, incluso más allá del mencionado puente. El recorrido puede adentrarte por dicho cañón, caminando por un sendero junto al río y cruzándolo en varias ocasiones. Al inicio del camino puedes pasar frente a la boca de una mina de oro y plata que es la que le da nombre a la población, conocida como Mina Grande. Incluso haciendo arreglos oportunos con anticipación, puedes ingresar y conocer su funcionamiento. El deleite para los ojos dará inmediatamente entres al cañón: las pozas de agua se tornan de un color azul turquesa una vez que les da el sol de la mañana, que se filtra a través de las ramas de los gigantescos plátanos que crecen a la orilla del río. Por partes, el sendero tuvo que ser adaptado al cañón con puentes de madera y hasta hay un andador de concreto que recorre varios metros sobre el agua. A los lados comienza a verse cómo las filtraciones de agua en la pared han resultado en enormes tufas, de las cuales aún escurre agua. A medida que uno se adentra más, se nota cómo se multiplican los saltos de agua, la exuberante vegetación y el tamaño de los árboles, que llegan a medir hasta 40 metros. Finalmente, después de una hora de caminata, llegarás al Puente de Dios. Aunque puedes caminar por la parte superior, es más recomendable que te quites los zapatos (si es que no los has mojado ), te arremangues el pantalón y cruces por hasta el otro lado del arco. Incluso si la refrescada de pies no fue suficiente, puedes darte un “regaderazo” en los chorros de agua que salen con fuerza del techo de esta cueva. El recorrido a Puente de Dios no va mucho más allá de éste, pero existen descensos de cañonismo desde Pinal de Amoles hasta Mina Grande para los más intrépidos.
No se puede decir que el lugar es impresionante por su tamaño o por su belleza, más allá de todo, el recorrido es mágico en su totalidad, sin embargo este caprichoso resultado geológico culmina un recorrido imperdible y recompensa totalmente la desmañanada.
Actividades sugeridas:
-Caminata de varias horas siguiendo el río Escanela
-Cañonismo
¿Dónde está?
Al llegar a Jalpan, tu cámara apuntará a las misiones franciscanas y a los encantos que le han dado a este rincón queretano el título de Pueblo Mágico, pero un gran plan de aventura espera para ser vivido en la Cueva del Agua.
Lo interesante de la Sierra Gorda es que hay tanto para ver, que se pueden armar itinerarios para visitar en un mismo camino misiones, parajes naturales y otros atractivos. Así que no se tiene que cambiar mucho el itinerario para conocer la cueva.
Dejando atrás Landa (por la carretera federal núm. 120), hay que desviarse hacia el norte por la carretera núm. 190 para tomar una terracería hasta la comunidad de Valle Verde, casi en el límite con el estado de San Luis Potosí. El camino es disfrutable por sí solo, pues se interna en un bosque de pinos, encinos y enebros, y por momentos, el bosque se despeja dejando ver en las montañas un vibrante tapiz de tonos verdes.
Con la ayuda de un guía local, se desciende una vereda por alrededor de media hora hasta llegar a la boca de una discreta cueva. La primera sorpresa es ver a varias parvadas de cotorras salir de ese hueco. El espectáculo puede durar varios minutos hasta que entras, y allí es donde te quedas anonadado. Después de pasar un denso bosque, estar dentro de una verdadera catedral barroca donde se confunden estalactitas, estalagmitas y enormes columnas naturales formadas por la fijación de minerales que se filtran desde la superficie es cosa de locos. Un hueco en el techo de la cueva por donde entra la luz del exterior es el único referente que de estás en la Sierra Gorda y no en algún extraño planeta. En la parte más profunda y oscura de la cueva se acumula el agua formando pequeñas represas, que le dan el nombre a este peculiar rincón.
Al salir de allí, el reloj seguramente marcará “hora de comer” y en Valle Verde, a pesar de su tamaño (unas 500 personas) hay algunas buenas opciones para disfrutar de una suculenta comida casera.
Actividad sugerida
-Caminata y un poco de espeleología
Este magnífico escenario de Querétaro se encuentra en la carretera a Xilitla, colindando con San Luis Potosí. De pronto, el verde bosque a ambos lados de la carretera es interrumpido violentamente por unas dunas de tierra roja, y es la señal de que estarás llegando. Más adelante, un letrero advierte: “Prohibido llevar fósiles”. Al bajar del auto y caminar no más de 50 m, te encontrarás rodeado de piedras tupidas de fósiles marinos de 100 millones de años de antigüedad, que permanecen como la muestra de que toda esta región alguna vez fue litoral marino de baja profundidad. Realmente ver estos maravillosos fósiles no es nada difícil, el verdadero reto está en visitar el área sin dañarlos o erosionar el terreno. Incluso cuando los habitantes de El Madroño aseguran que “la gente ya se ha llevado las piezas más importantes”, lo que aún permanece sigue constituyendo uno de los yacimientos más importantes de México por la abundancia de restos con una gran diversidad y excepcional estado de conservación. Lo que lo hace único es que los fósiles han quedado incrustados en rocas calizas que, al degradarse, permiten hacer un estudio completo de los especímenes sin la necesidad de realizar innumerables cortes. Esto ha llevado a distinguir especies como rudistas (un grupo de moluscos extintos hace unos 65 millones de años), gasterópodos, amonitas, crustáceos y corales. Lamentablemente, la actitud destructiva e ignorante de muchos ha hecho que al llevarse fósiles se pierda mucha información sobre especies únicas. De seguir así, El Madroño corre el riesgo de perderse completamente.
Actividad sugerida
-Caminata para descubrir tesoros en rocas calizas
¿Dónde está?
De regreso en Pinal del Amoles, hay otro punto para marcar en el mapa y que tiene el potencial para convertirse pronto en una parada obligada al visitar la Sierra Gorda.
Lo que más se promueve de Las Trancas es una tirolesa y un puente colgante que cruzan un barranco de 80 m de altura. Sin embargo, el lugar tiene mucho más que ofrecer.
El camino para llegar a este campamento ecoturístico es una terracería que desciende más de 1,300 m desde Pinal a Bucarelli, la diferencia de altura se refleja en el paisaje, en el clima y en los cultivos un tanto exóticos para la zona, como mangos, plátanos, chiles y varias hierbas.
Por fin, se llega para instalarse en una de las cabañas del lugar, rústicas, acogedoras y con vistas formidables. Entre las opciones de actividades, es posible por hacer una caminata hasta una cueva en lo alto de una montaña frente al campamento. No tomará más de media hora llegar a dicha gruta, que apenas en la entrada da la bienvenida con tres o cuatro estalactitas que, con el paso de los años, han crecido al punto llegar al suelo, cuales columnas en un palacio romano. También a un lado de la entrada, llaman la atención unas manchas de color naranja, que si te acercas, verás que tienen forma de una mano. Indudablemente este sitio fue habitado en la antigüedad, prueba de ello son también la gran cantidad de fragmentos de obsidiana con forma de puntas de flecha o navajas fáciles de localizar. Incluso, en la parte más profunda de la cueva, en la oscuridad total, hay un pequeño hueco (en el argot de las cuevas se conocen como “gusaneras”), donde está una reducida cámara en la que aún permanecen restos de cerámica y algunos huesos.
Una buena aventura y una rica comida de recompensa siempre hacen una combinación explosiva. Y por supuesto, una cómoda cama para esperar el nuevo sol con más aventuras en la Sierra Gorda de Querétaro.
Actividades sugeridas
-Tirolesa y puente colgante
-Caminata para explorar gruta con pasado histórico
Geolocation is 23.634501, -102.552784
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