Debo reconocer que, a pesar de que me acerco a la cuarentena, me sigue gustando descubrir la vida nocturna de los lugares que visito. Al menos puedo decir a mi favor que esto ya casi sólo me ocurre cuando viajo y mis días (y noches) en Alicante son más que tranquilos.
El ambiente nocturno varía muchísimo de un país a otro, incluso de una ciudad a otra, y es algo que creo que siempre merece la pena experimentar. Para conocer bien otro país u otra cultura debes explorar cómo se divierten sus gentes y unirte a ellas. Quizá esto no sea más que una simple excusa para poder incluir la fiesta impunemente en mi lista de preferencias cuando me planteo viajar a cualquier lugar, pero si es así, pues tampoco pasa nada.
En mis viajes por el mundo he encontrado buenas farras en lugares muy distintos. Aquí os dejo algunas sugerencias que os pueden ayudar a correros unas buenas fiestas por el mundo:
Buenos Aires, Argentina
Evita Perón, los magníficos asados, la Casa Rosada, San Telmo, Recoleta, el Barrio de la Boca, el fútbol, el tango… Buenos Aires tiene un gran número de atractivos que atraen a millones de turistas cada año. Es una ciudad con corazón y pasión. Una mezcla entre Madrid y París que parece sustituir el déficit que tiene con aquellas en el tema monumental con un superávit que viene del alma.
Buenos Aires te atrapará y querrás vivirla las 24 horas. Y si quieres, puedes.
Durante una Navidad alquilé un departamento en uno de los barrios más cool de la ciudad: Palermo. Pequeñas tiendas vanguardistas se alternan aquí con restaurantes y bares de todo tipo. Entre sus clientes pude encontrar, en tan sólo 15 días, a dos ilustres actores de la talla de Ricardo Darín y Willem Dafoe. Ahí es nada.
Con nuestra base asentada en tan ilustre lugar, nos dedicamos a explorar la noche bonaerense. No había mejor sitio para empezarla que nuestro barrio de Palermo. La cena y las primeras copas deben caer por aquí para luego ir en busca de boliches (discotecas) que congregan a decenas de miles de jóvenes (y no tan jóvenes) por toda la ciudad.
En los bosques de Palermo, cercanos al barrio, existen varias de ellas y podrás encontrar todo tipo de ambientes y para todas las edades.
Muchas de ellas abren hasta la mañana siguiente y si te entra hambre a mitad de noche, no te preocupes porque estás en la ciudad del delivery y podrás disfrutar de unas buenas empanadas argentinas o trozo de pizza a la hora que quieras.
Si eres español o española y estás buscando triunfar con alguien del sexo opuesto, un consejo: utiliza el acento español más marcado que puedas conseguir.
Bangkok, Tailandia
El Asia budista, respetuosa y recatada existe en algunas partes de Bangkok, pero en otras el lugar parece una copia moderna de las bíblicas Sodoma y Gomorra.
He pasado unos días en Bangkok dos veces en mi vida. En ambas ocasiones viajaba en modus mochilero y me alojé cerca de la mítica calle Khao San Road. En Khao San hay vida las 24 horas del día. Por la mañana los turistas compran baratijas, ropa o incluso carnets falsos y se toman unas buenas cervezas Tiger en alguna de las terrazas que atestan la calle. Por la noche aparecen los puestos de bebida barata (y de dudosa calidad) y la música atronadora emerge de locales subterráneos que parecen reclamar a los pecadores desde el averno.
La noche de Bangkok confunde tanto como a aquel conocido de la farándula llamado Dinio.
La marcha de Khao San está diseñada para los mochileros y en España la podríamos equiparar a Benidorm o Lloret de Mar. Bebida barata y mala, descontrol absoluto, sexo on demand y mucho desparrame.
Pero hay otro tipo de fiesta en Bangkok mucho más selecta y local. Os recomiendo esta segunda opción y para documentaros tenéis que leer nuestro artículo sobre fiesta en Bangkok.
Maputo, Mozambique
Estando de viaje por Sudáfrica recuerdo las palabras del guía: “lo que pasa en Maputo se queda en Maputo“. Desarrollando un poco más la frase, el buen hombre me explicaba que los sudafricanos consideraban a la capital de Mozambique como el mejor lugar para ir de fiesta en todo el sur de África.
Yo me iba a quedar un par de meses más por la zona, solo y sin rumbo (suena muy mal eso… ¡o no!) y ya había sopesado ir a Mozambique pero las noticias de inundaciones recientes me habían hecho dejar la idea a un lado.
Con esta nueva información decidí que unas lluvias no podían acabar con mis ganas de conocer un país que había estado en mis planes iniciales. Y si seguía lloviendo mucho, ya sabía que podría encontrar refugio en un bar.
Llegué a Maputo una noche de viernes. En la furgoneta en la que había viajado desde Nelspruit (Sudáfrica) me hice un amigo de Zimbabwe y esa noche salimos los dos a cenar y tomar algo. Lo de tomar algo se nos fue un poco de las manos.
Tras tomarnos un par de cervezas en el restaurante del centro al que habíamos ido acompañados de unos cuantos turistas europeos que encontramos en el hostal, decidimos explorar la zona de marcha mientras el resto del grupo se iba a dormir.
Como auténticas ratas del flautista de Hamelín, seguimos el sonido de la música y acabamos siendo invitados a una fiesta privada en el garaje de una casa del centro. Allí bailamos y bebimos cerveza negra antes de irnos de discotecas con algunos nuevos amigos mozambiqueños.
A las 5 de la mañana nos llevaban en coche a nuestro hostal. Al día siguiente tuve que comprarme una tarjeta de móvil mozambiqueña para seguir en contacto con todos los nuevos amigos que iba haciendo.
Los mozambiqueños saben divertirse como nadie y bailan aún mejor. Un servidor, que se considera (y al que consideran, con buen criterio) mal bailarín en España, imaginad el papelón que hacía en Maputo. Pero me dio igual. Lo pasé genial las tres noches que salí en la capital mozambiqueña. No dejéis que las típicas historias de miedo que suelen salir sobre la peligrosidad de la noche de las ciudades africanas os impidan descubrir la cálida y fiestera Maputo.
Madrid, España
Como quería incluir una ciudad de cada continente, había pensado en otros sitios de Europa, pero, sinceramente, aunque me lo he pasado de lujo saliendo por lugares como Riga, Tallín, Amsterdam, Bruselas o Dublín, reconozco que la fiesta madrileña me ha ofrecido unas noches inolvidables que no tienen parangón.
Madrid tiene un poco para todos y, en España, siempre me ha parecido mucho mejor lugar para salir que Barcelona o Ibiza, por poner ejemplos. Tengo mis dudas en cuanto a Granada, otro lugar donde cada noche ha sido inolvidable.
La noche madrileña puede ser como tú quieras: desde lo más cutre o castiza a lo más pija. En el medio tienes de todo.
Hay muchas zonas de marcha en Madrid y algunas están muy alejadas entre ellas por lo que lo mejor es elegir una y morir en ella. Si eres de los que les gusta acabar en afters, tampoco tendrás problemas para encontrarlos. Eso sí, por experiencia propia, mejor vete a casa antes de acabar en uno de esos antros.
Y tú, ¿dónde nos recomiendas que salgamos de marcha por el mundo?
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