Mi playa solitaria de Tayrona, Colombia
Al noroeste de Sudamérica, en la puerta de entrada (o de salida, según en el sentido que viajes) del subcontinente americano se halla Colombia. Desde que lo visité en 2009, siempre me quedó la sensación de que es un país incomprendido. Al menos a este lado del Atlántico.
Para corroborarlo, el otro día un lector me pedía consejo para un viaje que iba a realizar por esa bonita tierra y me comentaba que quería tranquilizar a su familia porque todos pensaban, literalmente, que probablemente no volviera vivo.
Los tiempos en que viajar por Colombia podía ser una lotería peligrosa quedaron atrás. Aunque es un país en el que hay que tener algo de cuidado (como en tantos otros), eso no significa que no puedas disfrutar agradeblemente de sus muchas joyas arquitectónicas y naturales. ¡Así que nada de miedos y a viajar por Colombia!
Para ayudarte en tu viaje, aquí te dejo algunas de las mejores cosas que pude ver en la ruta que yo hice:
Cartagena de Indias
Cartagena de Indias desde el Caribe
En la costa caribeña de Colombia se fundó, hace casi 500 años una ciudad legendaria. Cartagena de Indias fue un icono durante la época colonial. Aquí desembarcaban su valiosa mercancía de oro y plata los galeones españoles. La ciudad fue amurallada y varios fuertes se construyeron para proteger los intereses de la corona, pero fue saqueada innumerables veces y sitiada otras tantas. Piratas, ingleses, franceses, holandeses… Todos la codiciaron.
Hoy en día es uno de los principales focos turísticos del país. Dentro de sus murallas se conservan, casi intactos, edificios coloniales de colores vivos y variados, antiguas balconadas de madera y auténticas antigüedades.
Pasear por esta zona es como viajar en el tiempo, pero con el plus de poder vivir un ambiente vibrante. Restaurantes, bares y discotecas se llenan de gente todos los días de la semana. Piratas sigue habiendo, pero de otra calaña.
Fuera de sus murallas hay algunos barrios muy humildes y después grandes hoteles lujosos frente a unas playas que no merecen mucho la pena. Para disfrutar de sol, mar y buceo es mejor que te des una vuelta por las Islas del Rosario. Se pueden contratar distintos tours en el centro de la ciudad colonial.
Sin duda, Cartagena de Indias es la joya colonial sudamericana por excelencia.
Parque Nacional de Tayrona
Alojamiento en Tayrona en Colombia
A cuatro o cinco horas al este de Cartagena de Indias se encuentra la ciudad de Santa Marta, otro importante resort turístico playero del país. Para visitar la maravilla natural del Parque Tayrona puedes usar Santa Marta como base. Si prefieres un lugar más tranquilo, siempre podrás optar por el pequeño pueblo pesquero de Taganga, a cinco minutos en taxi de Santa Marta.
Desde el mercado de Santa Marta salen los autobuses que, tras hora y poco de viaje, te dejarán en las puertas del parque de Tayrona.
Tayrona es una auténtica oda a la naturaleza. Atravesé la selva tropical siguiendo un sendero frondoso por el que apenas caminaba nadie. Los vehículos a motor están prohibidos y los visitantes sólo pueden desplazarse a lomos de algún burro o a pie. Tras un rato caminando, desembocas en un camping con algunas cabañas.
Hay dos o tres sitios donde puedes quedarte a dormir y para llegar a ellos debes caminar entre selvas y largas playas salvajes, donde no verás a nadie. Es una inmersión en la naturaleza en toda regla.
Popayán y San Agustín
Esculturas precolombinas de San Agustín
En el sur de Colombia se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más imporantes del país. Se trata de las esculturas precolombinas de San Agustín.
Para llegar hasta esta pequeña población incrustada en medio de la selva, tuve que tomar una furgoneta en Popayán y recorrer 140 km de senderos en 7 horas. Popayán también merece la pena y te aconsejaría pasar aquí una o dos noches y vagar por su bonito casco histórico, de estilo colonial.
Las esculturas de San Agustín representan a deidades religiosas y se han conservado casi perfectamente a lo largo de los siglos. Aprovecha también para pasear por la zona rural que rodea al sitio arqueológico. Es la Colombia más humilde y tranquila.
El eje cafetero
Siendo Juan Valdés y su burro originarios de Colombia, estaba claro que tendría que existir algo como el eje cafetero. Puedes llegar en un vuelo al aeropuerto de Pereira y recorrer la zona de Salento y el Valle del Cocora a tu ritmo.
El paisaje es muy peculiar con una especie de palmeras llamadas palmas del Quindio y grandes extensiones de bosques y verde en las laderas de las montañas donde se asientan los cafetales.
Visita obligada aquí es el Parque Nacional del Café, donde podrás aprender todo lo necesario sobre el grano y su cultivo mientras te diviertes. Una visita para toda la familia.
Pasa un par de días descansando en el pueblo de Salento, que dormita salvo los fines de semana.
Bogotá
La capital del país es un buen lugar para comenzar o terminar tu viaje por Colombia.
El barrio de La Candelaria, en pleno centro histórico, es el lugar más visitado de la capital. Tomaros una copa o un café en cualquiera de los pequeños bares o cafeterías que salpican el barrio y en algún momento desembocaréis en la plaza principal de la ciudad: la Plaza Bolívar. En ella confluyen la Catedral Primada, el Palacio de Justicia, la Capilla del Sagrario y el Palacio Arzobispal, el Capitolio Nacional, la Alcaldía Mayor, la Casa del Cabildo.
Para salir de fiesta, no lo dudes: ve a la Zona Rosa. Bares, discotecas y antros donde podrás bailar hasta la mañana siguiente. Eso sí, más vale que sepas moverte porque aquí son unos auténticos maestros y te dejarán a la altura del betún.
Existen muchos otros lugares que merecen la pena en Colombia: Medellín, Caño Cristales, Guatapé, la isla de San Andrés, San Gil… Un país que merece la pena explorar con tranquilidad y, sobre todo, sin miedo.
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