jueves, 3 de octubre de 2019

Una escapada a Fuenterrabía, el placer de callejear junto a la desembocadura del Bidasoa

Las pinceladas de color en sus casas, en balcones, ventanas o elementos de madera, la facilidad con que se pasea por su coqueto centro histórico, sus excelentemente conservadas murallas, su riqueza gastronómica en los nada humildes pintxos (pinchos) y el bonus de que estemos a unos metros de la desembocadura del Río Bidasoa hacen de Fuenterrabía el escenario ideal para una escapada de uno o dos días al País Vasco.

Y hablamos de la quintaesencia vasca, en una pequeña población costera y pesquera, con murallas de siglos de antigüedad, una parte vieja de premio (Monumento Histórico Artístico), una bélica historia por su situación fronteriza, unos verdes montes poblados de caseríos a su alrededor y un, en tiempos más pacíficos y recientes, tradicional destino vacacional de quienes buscan la tranquilidad pero no el aburrimiento.

Fuenterrabía (u Hondarribia en vasco) es la última ciudad norteña española antes de llegar a Francia, literalmente cruzando un río.

Como ocurre en La Guardia (A Guarda) en Galicia con el Río Miño y Portugal, en Fuenterrabía es el Río Bidasoa en su última docena de kilómetros de curso el que traza la frontera.

Nadie se imagina al pasear por esta tranquila villa de veraneo que ese ubicación estratégica, fronteriza y marítima, le valió una larga serie de asedios en distintos conflictos nacionales e internacionales, cuando Francia tenía el acceso a territorio español desde Hendaya a un tiro de piedra y sin montes de por medio.

Hoy los franceses vienen en son de paz.

Como madrileños, navarros, u otros vascos, vienen a disfrutar de una villa marinera en la que hay mucho que ver, pero, sobre todo, que pasear con tranquilidad por lugares como los que os recomiendo a continuación y que encontraréis señalizados en un mapa al final del artículo.

1.- Las murallas de Fuenterrabía

En un país como España, de abundantes vestigios de murallas y bien conservados castillos, las murallas de Fuenterrabía son, probablemente de las menos conocidas y más impresionantes que podemos encontrar en una villa rodeando su casco histórico.

Altas hasta causar vértigo, han cumplido su función desde el siglo XVI y han detenido proyectiles de todos los calibres, aunque – como en tantas partes de nuestro país – no han podido vencer a su moderno enemigo, la redefinición urbana, así que ya no las rodean por completo.

Las murallas de Fuenterrabía conservan parcial o casi totalmente cuatro baluartes, los de San Nicolás, de la Reina, de San Felipe y de Santiago, y dos puertas para franquearlas.

2.- Las puertas de la ciudad

Existen aún en las murallas de Fuenterrabía las dos puertas de acceso al casco histórico, además muy bien conservadas, la Puerta de Santa María y la Puerta de San Nicolás.

La Puerta de San Nicolás es doble o, dicho de otra manera, hay dos puertas con este nombre. De época medieval queda un arco al final de la Calle San Nicolás; del siglo XVI queda la otra, hoy con un puente peatonal moderno, a cierta altura sobre la carretera que bordea la muralla, y desde el que se obtiene una magnífica panorámica de la misma.

La Puerta de Santa María conserva el edificio del cuerpo de guardia a un lado , el llamado Cubo de Santa María, y en el arco sobre ella el escudo de la ciudad que data del año 1694 y un reloj de sol.

Antes de cruzar bajo el arco de la Puerta de Santa María debemos detenernos unos instantes a contemplar la escultura del Hachero.

Esta escultura representa a un zapador, un soldado que con sus herramientas de construcción facilitaba al resto de tropas los accesos durante los ataques, o las defensas cuando se invertían las tornas. Y de sostener defensas saben mucho en Hondarribia.

Santuario Vírgen de Guadalupe (Fuenterrabía)

Las tropas del Rey Luis XIII cercaron la ciudad en julio de 1638 en lo que esperaban ser una victoriosa batalla dentro de la Guerra de los Treinta Años.

No contaban con la devoción de los sitiados que le juraron a la Vírgen de Guadalupe que si intercedía para lograr resistir, se lo agradecerían cada año con una procesión a su santuario, a las afueras de la ciudad.

69 días después de comenzado, los franceses se rindieron a la evidencia de que la ciudad no capitulaba y levantaron el asedio.

Felipe IV le otorga a la ciudad el título de «Muy noble, muy leal, muy valerosa y muy siempre fiel» y esta conmemora la victoria de 1638 cada 8 de Septiembre con una serie de actos en honor a su patrona, incluyendo un desfile, El Alarde de Hondarríbia, con escolta en la que destacan en vanguardia los Hacheros con su peculiar vestimenta y sin armas, sólo con herramientas propias de su función.

Ser un Hachero en Fuenterrabía y desfilar durante la Procesión de la Virgen de Guadalupe es todo un honor para un hondarribiarra.

3.- El Casco Viejo de Fuenterrabía

Protegido por sus murallas, el pequeño Casco Viejo de Fuenterrabía lo es en extensión y población (unos 2000 habitantes), pero grande en cuanto al número de edificios y callejuelas por las que es un placer perderse.

En el Alde Zaharra (la parte vieja en vasco), se encuentra el barroco Udaletxea (Ayuntamiento), del siglo XVIII. Contra toda costumbre no está en una plaza, sino que parece un edificio no administrativo más de la calle, eso sí, con amplio espacio bajo los soportales.

En la misma Calle Mayor aparecen dos edificios de interés, el Palacio Zuloaga, del siglo XVIII y actual biblioteca municipal y el Palacio de Casadevante. En este, convertido hoy en hotel, una placa nos recuerda que allí se negociaron los términos de la tregua tras el fracasado sitio de 1638.

Unos metros más allá, se encuentra el templo en el que se celebró, por poderes, la boda entre la española María Teresa de Austria y el francés Luis XIV en 1660 (una unión concertada políticamente para dar por concluida una guerra), la gótica – renacentista Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano.

La cuesta de la Calle Mayor desemboca frente a un enorme cubo de piedra que no oculta su origen militar. Enclavado en lo más alto de Fuenterrabía, esta fortaleza rectangular fue ampliada durante el reinado del monarca, por lo que se la conoce como el Castillo de Carlos V.

Transformado en Parador, su fachada se orienta hacia la Plaza de Armas, desde la que a un lado se puede divisar el Cantábrico en el que muere el Bidasoa y al otro las coloridas casas de la Calle San Nicolás.

Continuando por ella y girando hacia la derecha por la Calle Harategui, llegamos a la Plaza Guipúzcoa (Guipuzkoa Plaza).

Pese al aspecto tradicional de este amplio espacio, data de la segunda mitad del siglo XX, aunque sus bajas construcciones y su delimitación por cadenas con bolardos que imitan cañones le hace tener un cierto aire medieval, como el del arco que nos lleva de ella a la Calle de Santiago de Compostela.

4.- La Fuenterrabía que mira al mar

Más allá del Casco Viejo de Hondarribia y su aire medieval amurallado, existe una Fuenterrabía que mira al mar, por ocio y por necesidad.

A la entrada del Barrio de La Marina (el Puerto o Portua) se encuentra un exponente de esa necesidad, el Barco Museo Mariñel, un buque bonitero de más de 21 m de eslora que ha sido restaurado y es un permanente “marinero en tierra” testimonio de la vinculación de villa y habitantes con el mar.

Podemos recorrer el Paseo Butrón, paralelo al Bidasoa hasta llegar al Puerto Deportivo y, si tenemos ganas, acercarnos hasta la parte española de la playa de la Bahía de Fuenterrabía. La parte francesa está al otro lado de la desembocadura, en la Baie du Figuier.

Los más energéticos podrán continuar hasta el puerto pesquero y el Castillo San Telmo para subir en dirección al camping Faro de Higuer, desde donde acercarse a contemplar el Mar Cantábrico, la costa y Hendaya desde el Mirador (Begiratokia).

Los menos energéticos podrán quedarse a la orilla de la Playa Pequeña viendo cómo el fondo marino hace que se crucen diagonalmente las olas, que alternativamente estallan contra un pequeño muelle.

Y después, a explorar el barrio de pescadores en busca de los mejores pintxos de Fuenterrabía.

5.- Comerse Fuenterrabía a base de pintxos

Si en el País Vasco el pintxo es toda una alta categoría gastronómica, en Fuenterrabía nos vamos a encontrar productos y locales que son de medalla, especialmente en torno a los dos lados de la peatonal Calle San Pedro, en el Barrio de La Marina.

El pintxo (pincho fuera del País Vasco) raramente se come en barra porque es un milagro encontrar en ella un sitio, salvo que amable y temporalmente nos lo ceda otro parroquiano para que podamos efectuar nuestro pedido o recogerlo cuando griten nuestro nombre o el número de nuestra mesa o barril.

Algunos ejemplos de pintxos, para que vayáis abriendo el apetito, que probé en mi visita a Fuenterrabía:

  • Huevo mollete al oro sobre migas de pastor al chipirón y jugo de ave
  • Cerdo en tres texturas con base de mayonesa de remolacha
  • Foie a la sartén con reducción de piña y cabello de ángel
  • Vieira a la plancha con verduras en dos texturas
  • Pincho de chuleta con reducción de vino tinto

Con estos ejemplos, entenderéis mejor porque pienso que los pinchos y las tapas son alta gastronomía en miniatura, no bocados para salir al paso, y que los precios oscilen entre poco más de tres euros y casi euro y medio.

Dentro de la multitud de establecimientos donde tomar pintxos en la Calle San Pedro, recomiendo el muy premiado Gran Sol (San Pedro, 65) y el muy amable Vinoteca Ardoka (San Pedro, 30).

Si quieres buscar una alternativa a comerte de pie en dos o tres bocados un pincho, te puedes dar un homenaje gastronómico en “Alameda” (Minasorroeta, 1), el restaurante Estrella Michelin de Gorka Txapartegui. Datando de 1942 y en una tradición familiar que inauguraron sus abuelos, la tradición de raíces vascas continúa con toques más modernos.

Para acompañar, ya sea al comer de pintxos o en un restaurante, y aunque seas de Ribera, Rioja o Rías Baixas, aquí te tienes que sumar a la pasión por el txacolí así que te recomiendo el Hirutza, el único que se produce en Fuenterrabía (y cuya bodega puedes visitar).

Si hablamos de tomar una cerveza con vistas, o, perdón, un txakolí, entonces sin duda acercaros al Ttopara (Calle San Nicolás, 2) en plena Plaza de Armas o el Bar Tatapas (Calle Mayor, 31, aunque es mejor ir a la parte de atrás, a las mesas altas que dan a la Plaza del Obispo o situadas en esta).

A la hora del postre, para los que disfrutamos el dulce o un buen helado dando un paseo, Helados Kanttua (Domingo Egia 2, b) en el Barrio de La Marina os ofrece la compañía que os llevaréis mientras camináis por el Paseo Butrón.

6.- Dónde dormir en Fuenterrabía

Si hacéis una escapada a Fuenterrabía y os quedáis a dormir en la zona, el “top” de alojamiento, por supuesto, es el céntrico y monumental Parador de Fuenterrabía.

Si la escapada la hacéis un grupo de amigos o varias parejas, a pocos metros podéis encontrar una casa tradicional pero renovada con vistas a la Plaza de Armas, la Axula.

Dos opciones también céntricas pero de distinto presupuesto son el Hotel Palacete (en plena Plaza Guipúzcoa) o el Hotel Jaizkibel, a sólo 10 minutos a pie del centro histórico y ubicado en una tranquila zona residencial.

En el caso de que hagáis una escapada a Hondarribia desde San Sebastián y estéis pernoctando allí, lugares donde dormir en San Sebastián no os faltarán pero podéis considerar las vistas de lujo del Mercure Monte Igueldo, o las muy céntricas Pensión Easo o Pensión Gárate (que el nombre de “pensión” no os lleve a engaño sobre sus comodidades).

7.- Mapa de qué ver en Fuenterrabía

Todos los puntos de los que os he hablado en este artículo los podéis encontrar en este mapa y así calcular mejor las distancias entre ellos a la hora de preparar vuestra propia ruta por Fuenterrabía / Hondarribia:

8.- Información práctica

Fuenterrabía comparte con el simpático estereotipo vasco de la exageración la chulería de que el Aeropuerto de San Sebastián se ubica en esta ciudad, a 20 km de donde uno pensaría más natural encontrarlo.

Puedes comprobar qué horarios y precios tienen los vuelos al aeropuerto desde tu ciudad en este enlace.

Si te gusta conducir (a mí me encanta, me fuí a Fuenterrabía desde Madrid en coche) puedes comprobar precios de alquiler de coches en este otro enlace.

Para el alojamiento en Fuenterrabía o cualquier otro punto, puedes mirar apartamentos en este enlace, o bien hoteles en este otro enlace.

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