La costa de Cornwall (Cornualles en nuestra lengua) me gustó tanto que un viaje de cinco días por ella me pareció totalmente insuficiente. La increíble suerte que tengo es que el único vuelo directo que hay entre Newquay (único aeropuerto internacional de Cornualles) y España es precisamente a Alicante, mi ciudad natal. Así que sé que volveré, y más pronto que tarde.
Esa línea costera es desigual, accidentada, dramática y jalonada por extensas playas desiertas y pequeñas calas inaccesibles. Es de las que piden ser exploradas y están deseando contarte mil historias sobre naufragios, piratas, contrabandistas, amores trágicos, tesoros y otros secretos.
Los habitantes que soportan los vientos de Cornualles son también parte de su tesoro. Gente dura, cuyos antepasados trabajaron en el mar y la mina, como los asturianos.
Y esos mismos habitantes han sabido convivir con la naturaleza, aprovechando sus recodos y aristas complicadas hasta para crear un teatro insólito. Un teatro excavado en los acantilados y cuyas gradas de piedra tienen espectadores durante todo el año. Se trata del teatro Minack.
Qué es el teatro Minack: creación y evolución
El teatro Minack es uno de los teatros al aire libre más famosos, no solo del Reino Unido, sino del mundo.
Hoy en día, recibe la visita de unos 110.000 espectadores cada año, y otras 60.000 se acercan a disfrutar del precioso entorno natural en el que se asienta.
La idea de crear el teatro surgió cuando Rowena Cade – quien vivía en la Casa Minack, justo en la cima del acantilado – decidió crear un lugar para que la gente local amante del teatro pudiera disfrutar de la obra del gran Shakespeare ‘La Tempestad’. Durante los inviernos de 1931 y 1932, esta mujer y su jardinero llevaron a cabo la titánica tarea de mover enormes bloques de granito y tierra del acantilado para crear el escenario y las terrazas bajas del teatro. Las dejaron tal y como las puedes apreciar hoy en día.
La primera actuación tuvo lugar el 16 de agosto de 1932.
Durante estos 86 años de historia el teatro Minack ha evolucionado hasta llegar a ser el lugar profesional en el que se ha convertido hoy. El sueño de Rowena sigue vivo y hasta aquí vienen compañías de teatro y músicos, tanto locales como otros con una dilatada trayectoria internacional.
Lo más bonito de todo es que los descendientes de Rowena Cade sigue implicados en el proyecto y desde 1976 – gran año, pues nací yo – el teatro Minack está controlado por un fondo de la familia que recibe ingresos de donaciones y la venta de entradas del teatro. Con eso consiguen dar trabajo a 50 personas durante la temporada de verano y mantener a la población local enganchada a la cultura y el teatro. Además, los directores del teatro también han puesto en marcha un programa de educación en el que dan clases de teatro gratuitas en escuelas locales y ponen al alcance de los estudiantes la posibilidad de actuar en este teatro en el que hacen soñar al público mientras contemplan la grandeza del océano Atlántico.
Qué ver en los alrededores del teatro Minack
Aunque en mi visita pude disfrutar de parte de la obra que ponían en escena un grupo de jóvenes – contaban historias de naufragios acompañados de música – reconozco que desde que llegué al lugar, mi mirada quedó atrapada por la cercana costa, donde los acantilados, el mar y la dorada arena de varias playas resplandencían bajo una brillante luz solar que había estado echando de menos durante los últimos días.
Por ello, tras un cuarto de hora, tomé uno de los senderos que descienden a una de las extensas playas de Porthcurno y me dediqué a explorar esa parte de la costa.
Era domingo y algunas familias habían aprovechado el buen tiempo – aquí es un bien muy escaso – para pasar la tarde en la playa. Los niños corrían entre las rocas mientras los padres les recordaban que tuvieran cuidado con la marea.
Me encantan las playas con mareas cambiantes. Nunca son iguales. Esa capacidad que tienen para parecer un lugar distinto si la visitas con unas horas de diferencia me fascina. Sobre todo si veo su transformación de forma paulatina.
Me dediqué a pasear, perderme entre las rocas – nunca enterré mi alma de niño – y contemplar la bravura del precioso mar. Y es que en la naturaleza soy feliz con muy poco.
Además de la bella costa de Porthcurno, en los alrededores del teatro Minack también puedes admirar el resultado del duro trabajo de dos jardineros locales: Niall and Jill Milligan.
Ellos son los que han creado, entre los pliegues de los acantilados, el jardín de Minack.
En el jardín de Minack (famoso en el Reino Unido) encontrarás plantas de todo el mundo. Tienes ejemplares procedentes de las Islas Canarias, Sudáfrica, México o los Andes. Me resultó extraño ver crecer plantas de aloe colgando de unos acantilados de la costa inglesa.
Cómo llegar al teatro Minack
Para llegar al teatro Minack, lo más cómodo es tener tu propio coche y coger la carretera A30 hasta casi llegar a Land’s End y desde allí seguir las señales hacia Trevescan, Porthcurno y Minack.
Si no tienes coche y dependes del transporte público, el autobús A1 de la compañía First KERNOW enlaza las poblaciones de Penzance y Land´s End, con parada en Porthcurno. De Porthcurno al teatro Minack no hay más de 10 minutos caminando.
Para los espectáculos nocturnos del verano, hay un autobús privado especial, con capacidad para 29 personas, que parte de St Ives hacia el teatro Minack los martes, miércoles y jueves. Reserva con antelación, pues las plazas se venden muy rápidamente.
Información práctica para visitar el Teatro Minack
Horarios:
Del 1 de octubre al 31 de marzo: Todos los días de 10 a 15:30.
Del 1 de abril al 30 de septiembre: De 9:30 a 17:30.
Precio de la entrada:
Tarifa para adultos: 5 libras esterlinas
Jóvenes de 15 o menos: 2,50 libras esterlinas
Niños de 11 o menos: 0,50 libras esterlinas.
Niños de 2 o menos: gratis.
La entrada Minack, un teatro al aire libre excavado en los acantilados que miran al Atlántico se publicó primero en Viajablog.
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