La isla de Lanzarote cuenta con la bendición de la Unesco y está catalogada como Reserva de la Biosfera en toda su extensión. En este paraíso, donde la denostada expresión “tierra de contrastes” cobra sentido real, encontramos lugares de gran belleza natural que parecen surgidos de un lienzo de un genio medio loco. Es el caso del Parque Nacional de Timanfaya, al suroeste de la isla, un recóndito lugar donde la fuerza de la naturaleza ha cincelado a su antojo emergiendo de sus múltiples volcanes.
Historia del Parque Nacional de Timanfaya
La vida y la destrucción se unen a lo largo de la historia de Timanfaya para demostrar que para conseguir tu mejor imagen a veces es necesaria la destrucción.
A principios del siglo XVIII, una fuerte erupción volcánica se desató por los alrededores de la población de Yaiza. De entre las piedras surgió una nueva montaña que estalló en fuego y la lava destruyó buena parte de sus alrededores. La destrucción duró alrededor de seis años, ríos de lava y ceniza evaporaron del mapa una treintena de localidades marcando un punto y final de un capítulo e iniciando una nueva etapa para Lanzarote.
Gran parte de los isleños tuvieron que emigrar a islas vecinas o al continente. A medida que pasó el tiempo, se observó que la nueva tierra de Lanzarote volvía a ser fértil gracias a la ceniza volcánica y los temblores parecían espaciarse más a lo largo del tiempo. Así que paulatinamente la isla volvió a recobrar vida. Tras la muerte, la isla volvía a renacer en algo nuevo con una belleza inusual.
Durante el siglo siguiente, en el 1824, los volcanes volvieron a hacer de las suyas pero sin esa virulencia que había asolado la isla anteriormente. Aun así, nuevas formas se configuraban sobre la zona de Timanfaya y la moldeaban de la misma manera que podemos verla hoy en día.
A finales del siglo XX, en el año 1974, Timanfaya fue finalmente declarado Parque Nacional, con sus más de 25 volcanes y una extensión ligeramente superior a los 50 kilómetros cuadrados.
Fauna y flora del Parque Nacional de Timanfaya
Aunque frente a nosotros se nos abra un paisaje rocoso, árido y donde parece que no exista ni un ápice de vida, en el Parque Nacional de Timanfaya habitan más de 200 especies distintas de los cuales la mitad son animales invertebrados. Entre ellas, más de una veintena están protegidos.
Entre los animales que podremos ver con cautela son las ratas de campo, las musarañas canarias y varias especies de lagartos y salamandras. Entre las aves destacan las perdices, las tórtolas y las lechuzas.
A nivel de flora tampoco debemos engañarnos por la impresión que nos vamos a llevar a primera vista frente al paisaje casi lunar de Timanfaya. Con décadas de esfuerzo las plantas han logrado desarrollarse en estas condiciones tan adversas donde el agua escasea y el sol acostumbra a irradiar en desmesura.
El líquen, a modo de soldado en la primera linea del frente, fue el primero en abrir camino en esta desolada tierra y a continuación otras especies como la malvarrosa, la vinagrera o el junco. El lapilli, la piedra volcánica que abunda en Timanfaya, tiene la habilidad de hacer buenos amigos dentro del mundo vegetal gracias a su habilidad de mantener la humedad en su interior el máximo de tiempo posible.
Entre las plantas que habitan en el Parque Nacional de Timanfaya existen especies endémicas y protegidas de gran valor botánico.
¿Qué puedo hacer en un día en el Parque Nacional de Timanfaya
Ya sea en crucero, en una escapada desde la playa de Lanzarote o en una excursión procedente de la cercana Fuerteventura, la mayoría de gente suele pasar un solo día en el Parque Nacional. Sin duda, con ello podréis tener una impresión general de lo que podemos encontrar en este paraíso lunar llamado Timanfaya.
Con el coche debéis aparcar en el Centro Cultural y Turístico de las Montañas del Fuego. Una vez ahí podéis visitar el museo para profundizar más en la historia de la región y los procesos naturales que ocasionan las erupciones y sus consecuencias.
Si no dispones de coche te recomendamos:
Asimismo, en el Centro Cultural podrás ver demostraciones gratuitas de las fuerzas geotérmicas que dominan el subsuelo como un erupción de fuego o un geiser de agua. El mismo restaurante Diablo aprovecha el calor de las piedras para realizar unas parrilladas estupendas.
No podemos circular con nuestro propio coche por el Parque Nacional. Desde el mismo centro parten autobuses -guaguas- que realizan una circular de unos 14 kilómetros por la llamada Ruta de los Volcanes. Sin duda, la excursión más habitual que se hace en el Parque y con la que podréis llevaros una primera impresión de este lugar desolado.
El autobús cuenta con un audio explicativo sobre los lugares que vamos pasando. Quizás se echa de menos poder parar a menudo para conseguir hacer más fotos. Algo que sí es más habitual encontrar si contratamos una excursión con alguna compañía que opere en Timanfaya.
Horarios y precios para visitar Timanfaya
Horarios:
El Parque Nacional de Timanfaya abre sus puertas todos los días del año de 9 de la mañana a 17:45 de la tarde.
El último autobús parte del centro a las 5 de la tarde.
Durante los meses de verano (julio, agosto y septiembre) se extiende el horario hasta las 7 de la tarde con la última guagua partiendo a las 6 de la tarde.
Precio de la entrada:
Los precios a finales de 2018 son de 9 euros para los adultos y 4,5 para niños de entre 7 y 12 años. Los menores de 7 años entran de forma gratuita.
Con el mismo precio tenemos incluido el trayecto en autobús -guagua- que nos transportará por este espectacular paisaje volcánico.
Cómo llegar a Timanfaya
Sin duda, la manera más cómoda de acceder el Parque Nacional de Timanfaya es con nuestro vehículo propio. Si carecemos de él, tenemos la opción de apuntarnos a alguna excursión que por norma general nos recogerán desde nuestro hotel en la isla o incluso en Fuerteventura.
En el caso que no dispongáis ni de una cosa ni de otra la única opción de servicio público es acercarse a Yaiza en guagua y de ahí contratar un taxi para que nos deje en el Parque Nacional. La distancia son unos 13 kilómetros y por varios foros he visto que la tarifa habitual son de unos 15 euros aunque el regateo es probable que provoque fluctuaciones varias. Asimismo, encontrar un taxi disponible para volver desde Timanfaya puede convertirse en un auténtico calvario.
Con el coche, siguiendo a carretera LZ-67, llegamos al centro de visitantes. En épocas de temporada alta puede que existan colas y debamos armarnos de paciencia. Una vez hemos accedido al parque nos quedan unos kilómetros más hasta llegar al parking donde los guías nos señalarán en la zona donde debemos dejar el coche.
OTRAS EXCURSIONES POR LANZAROTE
Aprovecha tu tiempo en Lanzarote al máximo con alguna de las siguientes excursiones con guía y con muy buenas recomendaciones de sus usuarios:
Paseo en camello en Timanfaya
Si no has experimentando la ocasión de realizar un paseo en camello en algún desierto, en Timanfaya tienes la oportunidad de hacerlo. Especialmente si viajas con niños puede que sea una de las aventuras más recordadas entre los más pequeños de la familia a la vuelta de las vacaciones.
El lugar ideal para realizar esta actividad es en El Echadero. Se encuentra a camino entre Timanfaya y Yaiza en el kilómetro 16 de la misma carretera por la que hemos accedido al Parque, la LZ-67. Os ofrecerán un paseo en dromedario (a pesar de que les llamen camellos solo tienen una joraba así que en realidad son dromedarios) de unos 20 minutos y el precio oscila los 10 euros por persona.
Rutas alternativas en Timanfaya
Si quieres conocer más a fondo el Parque Nacional de Timanfaya tras realizar el habitual pero obligatorio recorrido en guagua, puedes recorrer alguna de sus variadas rutas senderistas.
Hay rutas sencillas como la Ruta Termesana con una duración de unas tres horas y una distancia de unos 4 kilómetros. Existe también la opción de recorrer el litoral en un trayecto de unos 9 kilómetros o la posibilidad de hacer una completa por los volcanes de 14 kilómetros de forma circular.
Antes de emprender la ruta, debéis informaros debidamente en el centro de información ya que algunas de las rutas deben hacerse obligatoriamente con guía.
Cuál es la mejor época para visitar Timanfaya
Tanto Timanfaya como Lanzarote por extensión gozan de un clima similar durante todo el año por lo que cualquier época es buena para visitar el Parque Nacional.
En general encontraremos veranos calurosos que no suelen superar los 30 grados e inviernos suaves con poca lluvia donde la temperatura ronda los 20 grados.
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Qué ver a los alrededores
Para realizar una auténtica jornada redonda, alrededor de Timanfaya existen varios enclaves que merecen la pena visitar. Por un lado encontramos la población de Yaiza donde podemos visitar algún viñedo y contemplar las curiosas parcelas que protegen las viñas. Asimismo, también existen centros donde aprender sobre el innovador cultivo del aloe vera cuyas propiedades se extienden especialmente en el sector de la cosmética.
Si buscamos más paisajes salvajes y sorprendentes es obligado acercarse al Charco Verde, una laguna de agua dulce frente al mar de un color verde profundo. Asismimo, si tenéis un día de fuerte viento un paseo por los Hervideros os dejará con la boca abierta. Una zona rocosa frente al mar repleta de agujeros donde el agua salpica con toda la fuerza posible.
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