lunes, 10 de junio de 2019

Qué ver en Dublín en un fin de semana (o viaje de 3 días)

Ver Dublín en 48 horas es una especie de sacrilegio comparable al de afirmar que las nuevas películas de ‘Star Wars’ son mejores que las clásicas. Sin embargo, como la gran mayoría de los mortales necesitamos trabajar para vivir, lo cierto es que, por falta de tiempo libre, son muchos los viajeros que intentan sacar lo mejor de la capital de Irlanda en un par de días (normalmente, un fin de semana).

Tuve la inmensa suerte de vivir más de 8 años en Dublín y en ella me siento como en casa. De tamaña muy manejable – sobre todo, teniendo en cuenta que es una capital europea -, Dublín es una ciudad especialmente multicultural, abierta, divertida y amable. Un lugar perfecto para vivir, pero también para pasar un fin de semana.

Cogeros de mi mano – no literalmente hablando… O sí – y os llevo a conocer lo mejor de Dublín en 48 horas o un fin de semana.

Viernes

Para daros los mejores consejos sobre qué ver en Dublín en dos días, voy a suponer que llegáis a la ciudad un viernes, pero, realmente, esta ruta es aplicable a dos días cualquiera de la semana, pues la capital de Irlanda es una de las ciudades más vibrantes que he conocido y hay vida en sus bares y oferta cultural a diario.

Lo primero que debes hacer al llegar al aeropuerto de Dublín es buscar un transporte que te lleve al centro de la ciudad (o donde quiera que sea que tienes tu alojamiento). Pinchando en este enlace podrás leer todas las opciones que tienes.

Una vez te encuentras en el centro del meollo, y si aún cuentas con luz solar, puedes comenzar por dar un paseo por la mítica calle comercial Grafton Street.

Entrada principal a St Stephen’s Green

Grafton Street siempre está llena de vida. Turistas y locales llenan sus comercios y se dejan entretener por un buen número de artistas callejeros que cuentan chistes, hacen malabares o cantan preciosas canciones. En uno de los extremos de Grafton Street, encontrarás uno de los parques más emblemáticos de Dublín: St Stephen’s Green.

Se trata de uno de los muchos pulmones verdes que posee Dublín. Jardines adornados con flores, estanques e imponentes árboles lo convierten en uno de los mejores lugares para caminar tranquilamente en pleno centro de la ciudad.

Biblioteca del Trinity College

A menos de 100 metros de Grafton Street se halla la puerta de entrada al Trinity College. El Trinity, inaugurado en 1592 por la reina Isabel I de Inglaterra, es la universidad más antigua de Irlanda. A pesar de encontrarse en pleno centro de la ciudad, en cuanto cruzas el umbral de la puerta principal y te adentras en el primero de sus patios interiores, una atmósfera de recogimiento se cierne sobre ti. Este efecto lo consigue la magnífica distribución de los edificios, tanto antiguos como nuevos, ya que todos miran hacia el interior.

La Universidad del Trinity tiene un gran número de zonas comunes abiertas a todos los públicos – incluso puedes ver algún partido de rugby del equipo de la universidad durante el fin de semana -, pero la más popular de todas es su biblioteca.

La vieja biblioteca del Trinity College es uno de los monumentos culturales más visitados en Irlanda. En su interior – que parece de una película de Harry Potter -, podrás admirar millones de volúmenes, siendo el más famoso de todos el Libro de Kells, un manuscrito realizado por monjes celtas en torno al año 800.

Tras empaparte de la historia estudiantil irlandesa, llega el momento de dar una vuelta por una de sus zonas más canallas: Temple Bar.

En dos o tres calles, estratégicamente situadas cerca del río Liffey, se aglutinan un sinfín de pubs, restaurantes y tiendas curiosas. Temple Bar hierve de vida a cualquier hora del día. En su plaza principal, los fines de semana se improvisa un pequeño mercadillo de venta de libros y discos. En otro plaza algo más escondida (junto a los cines del Irish Film Institute) los sábados por la mañana puedes comprar fruta y verdura orgánica. Y, casi a cualquier hora de cualquier día, te puedes tomar una buena pinta de Guinnes en uno de sus muchos bares.

Te recomiendo tomar una cerveza en The Porter House, donde, además, podrás disfrutar de buena música en directo casi cualquier día de la semana. The Oliver St John Gogarty, The Temple Bar, Fitzsimmons y The Hairy Lemon son otros de los bares de Temple Bar más famosos.

Por último, cuando el hambre apriete, no dejes de probar las alitas de pollo de The Elephant and Castle. Aunque el servicio no es el más amable de Dublín, lo cierto es que están tremendas. Todo el secreto reside en la salsa.

Sábado

Llega el segundo día y aún te quedan un buen puñado de cosas que hacer en Dublín durante un fin de semana.

El mercadillo de Henry Street rebosa de vida desde primera hora de la mañana. En él se venden frutas, verduras y flores, pero en sus alrededores encontrarás carnicerías, pescaderías y centros comerciales con las típicas tiendas de ropa, electrodomésticos y demás que puedes encontrar en cualquier ciudad europea.

General Post Office William Murhpy en Flickr

Tras dar una vuelta para vivir el ambiente, acércate al contiguo edificio de la General Post Office (GPO). Su bella fachada fue un icono del levantamiento militar contra los ingleses en 1917. Continuando por la avenida de O’Connell Street (una de las principales de la ciudad), llegas al puente que cruza sobre el río Liffey.

Paseo por el Liffey

El Liffey es la arteria fluvial de Dublín y divide la ciudad en dos sectores: norte y sur. Históricamente, se ha identificado al sur con la parte más próspera y acaudalada y al norte con la más humilde. Habiendo vivido en casas situadas en distritos a ambos lados del río, puedo dar fe de que esa apreciación es cierta.

Desde el puente de O’Connell y dejando a tu espalda la simbólica ‘Spire’ (una especie de aguja que se eleva hacia el cielo dublinés), a mano izquierda tienes la zona financiera de Dublín, y, a la derecha (siempre sin cruzar a la ribera sur del río), la zona de Four Courts. Puedes caminar por ambas gracias a unas tablas de madera que constituyen un paseo junto al Liffey. En los días soleados, es un buen plan que hacer en Dublín.

Seguro de viaje para viajar a Dublín

¿Eres de los que todavía piensa que un seguro de viaje es algo prescindible?
Un seguro a cualquier destino europeo de una semana para una familia con dos hijos puede costar unos 45 euros (no llega ni a los 7 euros por día). Viajes en familia, en pareja o solo, nosotros recomendamos llegar al destino con un seguro estándar que incluya un mínimo de 60.000 euros en hospitalización, repatriación, robo y gastos de anulación. Hemos probado varias compañías y las últimas veces hemos repetido con Iati porque todo ha ido a la perfección. Además tienes un 5% de descuento al venir de nuestra parte a través de este enlace.

Si te apetece ver algunos buenos museos en Dublín, tendrás que cruzar de nuevo al lado sur del río. Cerca del parque de Merrion Square encontrarás la National Gallery, donde podrás disfrutar de una buena colección de pinturas irlandesas y europeas.

Puerta principal de la Guinness Store William Murhpy en Flickr

Otro museo interesante es el Museo Nacional de Historia Natural de Irlanda, aunque los más visitados – no sé por qué será – son los de Guinnes y Jameson.

Estas dos destilerías, de cerveza y whisky respectivamente, aglutinan, también, una parte de la historia de Irlanda. Especial interés tienen las vistas desde el bar de 360 grados que culmina la torre de Guinnes Store.

Ciervo en Phoenix Park

Tras reponer fuerzas con la típica comida de pub en O’Neills, es momento de visitar el Castillo de Dublín, para darse después una vuelta por uno de los parques urbanos más grandes de Europa: Phoenix Park. Aquí podrás ver hasta una manada de ciervos.

Al caer la noche, más vale que hayas comprobado la agenda cultural de Dublín para esos días, porque en su recinto O2 Arena tienen lugar grandísimos conciertos de grupos de primer nivel mundial. Si prefieres algo más amateur, te recomiendo que visites el pub Whelan’s, en George Street. Es uno de los mejores lugares de Dublín para disfrutar de buen ambiente y música indie-pop-rock.

Otro pub en George Street que recuerdo con especial cariño es The Hogan’s.

Domingo

Llega el domingo y, tras haber visitado casi todos los mejores lugares que ver en Dublín centro, llega el momento de visitar los preciosos extremos costeros norte y sur de la ciudad.

Para ello, tienes que tomar el tren de superficie, llamado DART.

Bray

En el extremo sur de la línea, encontrarás Bray. Bray fue mi escondite favorito desde que llegué a Dublín. A dos minutos caminando de la estación del DART encontrarás un bello paseo marítimo que se extiende frente a las grisáceas aguas del mar de Irlanda.

Los domingos en los que luce el sol, Bray rebosa de vida e incluso, a veces, hay una pequeña feria instalada. Al final del paseo, la senda asciende hacia la gran cruz que domina una verde colina. Desde la cima las vistas son espectaculares. Acantilados tapizados de verde mueren en un mar que aquí ya adquiere un color azul marino. El pueblo, con sus casas de colores, queda al otro lado, y un sendero campestre continúa su camino, serpenteando entre colinas cubiertas de flores, en dirección a Greystones, otro pueblecito costero.

Si quieres, puedes comer aquí en cualquiera de los pubs de primera línea.

Baily Lighthouse en Howth Giuseppe Milo en Flickr

Si no, siempre puedes cruzar hacia el otro lado de la línea del DART.

Howth es un puerto pesquero en el que los domingueros se divierten dando de comer a las focas y disfrutan del mejor fish & chips de Dublín.

Además, también hay una buena ruta senderista que te lleva a visitar el faro de Howth, antes de regresar al centro del pueblecito.

Si realizas ambas visitas, habrás pasado un gran último día en Dublín.

Entonces, ¿nos vemos en Dublín?

 

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