Con la cerveza la Humanidad tiene una deuda milenaria por las amistades que ha forjado, la sed que ha saciado y las sonrisas que han brotado de encuentros frente a un vaso. Además en Brujas le debemos a la cerveza la existencia de uno de los mejores museos de Bélgica, el Gruuthuse Museum, que irónicamente no tiene nada que ver con la cerveza.
Id a la nevera, abrid una botella del ocre y amargo líquido para acompañar la lectura de este post. Y si tenéis una cerveza tipo lambic, mejor, que para eso es de fermentación espontánea y creación local belga.
¿Cómo ha hecho la cerveza para dotar a Brujas de un museo de primer nivel como es el Museo Gruuthuse? La respuesta es sencilla, antigua y nos da sudores fríos a los contribuyentes: los impuestos.
Durante mucho tiempo la receta de las cervezas centroeuropeas incluía una mezcla de hierbas aromáticas llamada “gruit”, “gruyt” o“gruut” (apuesto a que ahora no se te quitará de la cabeza cuando veas “Los Guardianes de la Galaxia”, aunque desconozco si alguno de los guionistas es aficionado a este tipo de cerveza).
El “gruut” aportaba a la cerveza amargor y sabor, pero al ser la producción artesanal, era un secreto bien guardado la proporción de cada ingrediente y el número y variedad de los mismos. En esos tiempos realmente cada cerveza sabía diferente.
Lo que no ha cambiado desde el siglo XIII es que si a un producto se le podía aplicar un impuesto, allá iba el Estado a hacerlo, aunque no siempre se beneficiaba directamente de él. La recaudación de ciertos impuestos eran una forma adicional por la que los reyes premiaban a individuos o familias por su fidelidad a la Corona, méritos civiles o en batalla.
Y la recaudación de impuestos de casi toda la cerveza que se producía o llegaba a Brujas le fue concedida a la familia en la que nacería Lodewijk van Brugge o Luis de Gruuthuse (por el impuesto al producto) en el primer cuarto del siglo XV, durante la Edad Dorada de la máxima prosperidad de Brujas.
Con unas 45.000 personas viviendo en el casco antiguo de la ciudad y un consumo medio de 1 litro al día os podéis imaginar la riqueza que le trajo a la familia la recaudación de ese impuesto.
Versado en las artes militares y de la Corte, pero amante del arte y la literatura cuando los libros eran obras únicas (Gutenberg no inventa la imprenta de típos móviles hasta aproximadamente 1439), Ludovico/Luis es el responsable de haber aumentado la extensión de la casa palaciega medieval Gruuthuse añadiendo edificio anexo y capilla, que es hoy el Museo Gruuthuse.
Es también el culpable de la mayoría de la riqueza artística e histórica que alberga hoy el Museo Gruuthuse, una muestra de la vida y la historia de Brujas desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Dónde dormir como un rey en Brujas
O, más exactamente, como un Duque, como el Duque de Borgoña. Existe un sitio así en Brujas y es el Hotel Dukes’ Palace ***** superior. Anterior residencia del Duque de Borgoña, se encuentra situado en el casco histórico y sus 110 habitaciones se reparten entre los varios edificios del conjunto del siglo XV, que incluye un jardín de 3000m2.
Restaurado y cerrado durante cinco años, el Museo Gruuthuse reabrió sus puertas en mayo del 2019 tras una profunda renovación, que incluye una nueva estructura que alberga la zona de taquillas y que cierra la un día abierta plaza, para convertirse, de nuevo, en un museo de referencia en Brujas y Bélgica.
Piezas destacadas o curiosas del Museo Gruuthuse
Un recorrido por las tres plantas del museo nos acerca a una explicación histórica, todas las salas tienen una “zona de contexto” para que entendamos mejor las circunstancias que rodeaban a las piezas, de las obras que se exponen en el Museo Gruuthuse.
Aunque son todas especiales, estas son las piezas que destacaría en una visita al Museo Gruuthuse.
1El retrato de Louis de Gruuthuse
El señor del palacio aparece en una pintura, datada aproximadamente en el año 1480, vestido de manera tan discreta que resalta aún más el collar que lleva, de la orden del Toisón de Oro.
El cuadro presenta en su marco la divisa de Louis de Gruuthuse, “Plus est en vous” (que se traduce aproximadamente como “Hay más en ti”, algo que se aplica al contenido del museo), un lema que se puede ver en detalles por todo el edificio, junto con dos letras entrelazadas, la “L” y la “M”, las iniciades de Louis (de Gruuthuse) y su esposa Margarita (de Borsselle).
2El Google Maps de Brujas del siglo XVI
Puede que a algunos les parezca que Google Maps ha estado siempre ahí (cuando “siempre” equivale a los últimos años, en una memoria que cada vez es más a corto plazo), pero no es cierto o casi.
En 1562 Marcus Gerards produjo 10 placas de cobre con un mapa en relieve de Brujas de un detalle abrumador, que, una vez impreso rivalizaría con un moderno Google Maps. Gracia a él podemos comparar con el trazado actual de la ciudad con el anterior, asombrarnos con que se mantenga prácticamente intacto y entender un poco mejor poréqu eso le valió a Brujas el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Dónde comer en Brujas evitando los mejillones (si quieres)
En Brujas, como en los restaurantes de Bruselas, también hay vida gastronómica más allá de los mejillones y las patatas fritas. Dos recomendaciones, el Rock Fort con Hermes Vanliefde y Peter Laloo al timón, para una cocina moderna en un local con varios espacios y el De Florentijnen, con un amplio y diáfano espacio para comer repartido en dos niveles (aunque cuentan además con una zona abuhardillada para eventos)
3El corazón de Felipe el Hermoso
Si Juana La Loca perdió la cabeza por Felipe I de Castilla (Felipe el Hermoso), y ambos están enterrados en la Catedral de Granada, el corazón de este se encuentra en Brujas.
En 1979 se encontró una caja de plomo enterrada con María de Borgoña, la madre de Felipe el Hermoso y, a juzgar por las inscripciones de la misma, había contenido el corazón del rey consorte, conforme a una práctica extendida en la época donde la madre que le había dado la vida recibía el corazón del fallecido.
4El retrato de Juan López Gallo
La influencia española en Flandes en general y en Brujas en particular queda patente en retratos como este, donde Juan López Gallo, mercader español y presidente de la nación española en Brujas, posa con sus hijos en 1568.
No olvidemos que un rey consorte español, Felipe el Hermoso, nació en Brujas y que la presencia española en Flandes, incluso después de que dejara de pertenecer a nuestra Corona, no fue borrada de un plumazo.
5Fragmento de un Belén
Procedente de Amberes y fechado en torno a principios del siglo XVI, este fragmento de un retablo representa el nacimiento de Jesús.
Ofrece una curiosa policromía en torno a su parte central, donde están las figuras principales de ese momento cumbre, mientras que los colores se vuelven oscuramente monocromáticos conforme nos alejamos de esa parte de la escena.
6La olorosa experiencia del comercio
Tras el inicio de la decadencia económica de Brujas en favor de Amberes, el peso del comercio también encontró nuevos productos en una ruta distinta a las que recorrieron Europa: el Nuevo Mundo y Oriente.
Desde ultramar, en barcos como “De Maagd Van Gent” (“La Vírgen de Gante), un buque de 1674 del que se exhibe una maqueta, durante los siglos XVI y XVII llegaron a Brujas curiosidades como el tabaco, el chocolate o el té de plantaciones en la otra punta del mundo.
Y si queremos percibir ese exotismo de una manera sensorial, en una de las mesas encontraremos la posibilidad de oler chocolate (frente a una taza de entre 1750-1800), té de Japón (frente a una tetera de 1735-1750 y una taza de 1700-1799, ambas de porcelana en estilo Imari), café (frente a una taza japonesa de porcelana de 1700-1799), o tabaco de Santo Domingo, en Haití, en un recipiente del siglo XVIII.
7Los sastres que vestían a los pobres
“El juramento de los sastres” (Pieter Beuckles, 1754), es un cuadro que representa una escena peculiar y llamativa.
El Gremio de los sastres de Brujas tiene un vínculo especial con Luis de Gruuthuse, pues este estipuló en su testamento que el gremio vistiera cada año a 13 pobres como acto de beneficiencia en el Día de Todos los Santos. La única condición que deberían cumplir los afortunados era asistir a misa en 4 determinadas ocasiones y rezar por el alma de Luis.
8El tenedor, un invento del diablo
En la Edad Media se comía con los dedos, así de sencillo. O no tanto, porque aunque había recipientes específicos para lavarlos, se echaba en falta algún instrumento que ayudara a la ingesta de alimentos.
El tenedor de tres puntas fue inicialmente rechazado por la Iglesia, pues se parecía demasiado al tridente del Diablo, así que podemos encontrar en el Museo Gruuthuse los antecesores, unos tenedores de sólo dos puntas.
9El balcón privado a la Iglesia
El poder de Luis de Gruuthuse se extendía (casi) hasta el Cielo, pues en cierta forma eso lo demostró al tener en su casa un oratorio (una capilla privada) construida en la pared que daba a la Iglesia de Nuestra Señora y con un balcón cerrado desde el que podía asistir a los servicios religiosos sin abandonar su palacio.
Podía cumplir de esta manera con los preceptos religiosos de la época al cumplir los tres requisitos básicos: veía el altar, desde sus ventanas, escuchaba al sacerdote desde el banco del oratorio y podía oler el incienso mediante la apertura de una pequeña ventana.
El oratorio fue construido en el año 1472 con paneles de madera de caro roble báltico y los restos de pintura azul en el techo hacen pensar a los especialistas que en él se recreaba el cielo.
Aunque la introducción del lúpulo desterró el uso del “gruut” en la elaboración de cerveza a partir de los siglos XIII y XIV, el Gruut del poderoso apellido sigue en el siglo XXI sorprendiendo a los visitantes del Museo Gruuthuse con la belleza, calidad y extensión de sus tesoros artísticos y curiosidades históricas.
Información práctica para visitar el Gruuthusemuseum
Horarios:
De martes a domingo: de 09:30 a 17:00
Horario espcial: 24 de diciembre y 31 de diciembre (de 09:30 a 16:00 ambos días)
Lunes cerrado
Días de cierre anual: 25 de diciembre, 1 de enero
Precio de la entrada:
Adultos: 12 euros
Precios reducidos: 10 euros (jóvenes de hasta 25 años y mayores de 65 años)
Entrada gratuita: Jóvenes de hasta 17 años, Amigos de los Museos y titulares de la Musea Brugge Card.
Ubicación y contacto:
Dijver 17
8000 Brugge
Bélgica
musea.reservatie@brugge.be
+32 (0)50 44 87 43
Sitio Oficial
Página web del Museo Gruuthuse
Cómo llegar a Brujas desde España
La forma más barata y práctica de llegar a Brujas es volando a la capital de Bélgica y desde el propio aeropuerto de Bruselas, que tiene una estación de tren en una de las plantas inferiores, coger uno hacia Brujas.
Distintas aerolíneas ofrecen vuelos desde España a Bruselas, y en este viaje yo volé con Vueling desde el aeropuerto de Asturias a Barcelona y desde allí tomé un vuelo directo a Brujas.
La entrada 500 años de historia flamenca y española en el Museo Gruuthuse en Brujas se publicó primero en Viajablog.
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