Los 3 mejores rincones secretos de Madrid

Madrid es una mega urbe. Para mí, una mega urbe que me encanta, pero creo que no deja de ser cierto que es una ciudad de una dimensiones considerables y en la que vivir se puede convertir en algo incómodo a poco que te toque trabajar algo lejos de casa. Sin embargo, para los que vamos de visita, Madrid es un lugar que tiene mil encantos y cosas que ofrecer a decenas de distintos tipos de viajeros.

Todo el mundo conoce los puntos emblemáticos de la capital de España: la Puerta de Alcalá, el parque de El Retiro, la Cibeles, el Palacio Real, la Plaza Mayor, la Plaza de España, Puerta del Sol…

Sin embargo, Madrid está hecho de pequeños rincones que tienen muchas historias que contar. Caminar por sus preciosas calles del centro te puede deparar muchas sorpresas. Uno de esos fines de semana tontos que no sabes muy bien qué hacer, decidí viajar a Madrid para descubrir algunos de ellos. Aquí os dejo el resultado de mis pesquisas:

Un cuadro de El Greco escondido en una iglesia

Iglesia de San Ginés

Madrid tiene un sinfín de iglesias de todos los tamaños, colores y estilos. Sin embargo, la bella iglesia de San Ginés, ubicada en la céntrica Calle del Arenal, guarda un secreto en forma de lienzo.

Y es que aquí se encuentra una de las obras de arte más importantes que ver en Madrid. Se trata de un cuadro de El Greco: ‘Expulsión de los mercaderes del Templo’ (también conocida como ‘La purificación del Templo’).

Este genio de principios del siglo XVII, pintó este óleo sobre lienzo entre 1609 y 1614. Lo hizo en Toledo y llegaría a la pequeña iglesia de San Ginés al ser donado por un miembro de la Real Congregación del Santísimo Cristo de la Redención como pago para la salvación de su alma. Con el pasar de los años, el cuadro quedó en el olvido y guardado en un cajón. De hecho, se llegó a dudar de que lo hubiese pintado el gran Domenico Theotocopoulos. Sin embargo, durante un estudio en profundidad de esta pintura de 136 por 132 cm, realizado en 1988, se encontró, bajo varias capas de barniz, la firma del genio. No había duda: se trataba de una obra de El Greco.

Desde entonces, el cuadro se puso en una vitrina de seguridad, con cristales blindados, y se volvió a exponer al público. Eso sí, no podrás verlo siempre que quieras y esa es una medida que aún la convierte en una pintura más especial.

Yo tuve la suerte de poder admirar ‘La purificación del Templo’ porque decidí visitar Madrid un fin de semana. El cuadro se puede ver solo los martes y viernes de 18 a 19 horas y sábados de 10 a 11 y 11.30 a 12. El resto del tiempo está oculto de las miradas y los focos tras una cortinilla.

Fue una suerte poder ver esta pintura que tiene esas figuras estilizadas y ambiente lúgubre, propio de las obras de El Greco.

Una joya que se encuentra a tiro de piedra de la Puerta del Sol y otros monumentos que ver en Madrid y que suele pasar totalmente desapercibida.

Librería San Ginés

Además, como bonus, justo en un callejón pegado a un lateral de la iglesia, se halla una pequeña librería (Librería de San Ginés) que lleva ahí desde 1650. El local es minúsculo y exponen la mayoría de sus libros en la calle. Un sitio con encanto que ver en Madrid para los amantes de los libros.

La casa más estrecha de Madrid

Y sin salir del centro de Madrid, encontré otro lugar secreto que bien merece una parada.

En el número 61 de la Calle Mayor de Madrid se halla la casa más estrecha de la ciudad. Una mirada rápida me bastó para certificar su exagerada estrechez, pero más bonito aún fue saber su historia.

Y es que aquí vivió, durante 18 años, uno de los personajes más ilustres del Madrid del siglo XVII: Don Pedro Calderón de la Barca.

Calderón de la Barca se mudó a Madrid en 1621, al ser designado Capellán de Honor por el rey Felipe IV, premiando así la calidad de sus magníficas obras teatrales.

Casa más estrecha de Madrid

El edificio era propiedad de la familia de Calderón de la Barca y se encontraba en la antigua Calle Platerías (cuyo nombre se debía a que aquí trabajaban todos los plateros del Madrid de la época), en pleno Barrio de las Letras. La fachada del edificio tenía un ancho de 4,36 m. Que las casas fueran estrechas era algo común en la época, ya que tras la designación de Madrid como capital de España por Felipe II, mucha gente había trasladado su residencia a la ciudad y el suelo escaseaba.

A mediados del siglo XIX, el edificio se encontraba en mal estado y quisieron derruirlo, pero el escritor Ramón Mesonero se opuso con fiereza y consiguió que esto no ocurriera. De hecho, se autorizó la construcción de dos plantas más (conservando siempre el mismo estilo) y se colgó la placa que aún pude ver yo esa mañana de abril de 2018: ‘Aquí vivió y murió Don Pedro Calderón de la Barca’.

Otro lugar curioso que ver en Madrid y por el que había pasado decena de veces sin fijarme lo más mínimo.

La Casa de las Siete Chimeneas

La Casa de las Siete Chimeneas de Madrid

Y si te gustan las leyendas rocambolescas, no dejes de visitar la Casa de las Siete Chimeneas en Madrid.

Aunque la semana que viene dedicaré un artículo dedicado exclusivamente a la leyenda en sí, te adelanto que es una magnífica historia que mezcla personajes históricos, romances prohibidos, fantasmas y mucho más. Si las cosas pasaron realmente como se relatan, se trataría del típico caso en el que la realidad supera con creces a la ficción.

La Casa de las Siete Chimeneas es en sí un edificio bonito, levantado en el siglo XVI y que ha sufrido varias reformas a lo largo de siglos venideros.  En ella han vivido nobles legendarios, como Esquilache, y ha servido de sedes de importantes organismos, como el Banco de Castilla, el Banco de Urquijo o, en la actualidad, la Secretaría de Estado de Cultura.

Su fachada, hoy en día, es de ladrillo rojo y se pueden apreciar con facilidad las siete chimeneas que dan nombre al edificio.

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