Diez palabras molonas que la RAE tendría que incluir en su diccionario

Lo reconozco: desde que comencé a cogerle el gustillo a esto de juntar palabras con más o menos criterio (no me corresponde a mí decidir si lo tengo o no), siempre he sido un poco talibán de la gramática y ortografía. Para esto siempre he sido un clásico.

Por esa razón no puedo evitar que me sangren los ojos cuando leo las noticias de las nuevas aprobaciones de “palabros” (sí, amigos, “palabro” está aceptada) que realiza la Real Academia Española de la Lengua.

Es cierto, la lengua es un ente vivo que va evolucionando y debe adaptarse a la sociedad que la utiliza. No podemos estar hoy en día hablando como si fuéramos el Capitán Alatriste, pero de ahí a aceptar palabras como “almóndiga”, “albericoque”, “descambiar” o “toballa”, creo que va un trecho.

Por otro lado, están los anglicismos cuya pronunciación en castellano se ha normalizado – como “güisqui”, “bluyín” (de “blue jeans”) o “jonrón” (del vocablo inglés “home run”, relativo al béisbol) – y las palabras que derivan de siglos atrás, como “otubre” y “conceto”.

Y los cambios, por supuesto, van a continuar. La agencia Evercom Life, especializada en la consultoría de comunicación, relaciones públicas y estrategia digital, ha realizado un estudio del que se desprende la siguiente lista de palabras (o palabros), que, por el incremento importante de su uso cotidiano, son candidatas a ser aceptadas por la RAE en un futuro no muy lejano. Algunas, como no podía ser de otra manera, están relacionadas con el mundo de los viajes y las redes sociales:

1. Ambientazo: hace referencia a las características de un lugar que, por su decoración, el contexto y las personas que lo frecuentan, se convierte en imprescindible. Se puede aplicar a bares, restaurantes, festivales de música o incluso a fiestas caseras y lugares turísticos.
2. Pelazo: ya que hablamos de palabras con sufijos aumentativos, no podemos olvidar este. La Vecina Rubia ya ha recogido firmas para que la RAE pueda incluirlo, ya que es un elemento más de estilo personal y un término que usan desde anuncios de champú hasta artículos periodísticos y por supuesto, influencers… Lo cierto es que es una palabra que a mí, que llevo quedándome calvo y rapándome desde los 27, no me incumbe mucho.
3. Influencer: difícil definir este término del que no soy nada amigo. Pero supongo que se refiere a aquella persona que tiene cierta influencia en redes sociales y, sobre todo, en el mundo digital. Quizás se acabe aceptando su versión españolizada, “influenser”.
4. Instagramear: se refiere a la acción de “postear” (palabra que existe pero no se refiere a subir contenido a la red, al menos de momento) en la red social Instagram. Con la locura que hay en la actualidad por esta red social, yo creo que esta palabra va a estar en las páginas de nuestro diccionario en muy breve tiempo.
5. Fit: estar en forma o en la justa medida de algo. Además, aunque de procedencia inglesa, no necesitará adaptación. En España, el fitness se ha convertido en casi una obsesión, así que tampoco tardará mucho en incorporarse.
6. Poliamor: esta práctica enemiga de la monogamia implica mantener relaciones íntimas o amorosas con más de una persona de manera simultánea. Estamos en tiempos de amor libre, así que ¡apoyamos la moción con entusiasmo!
7. WowTrip: este anglicismo que nace de la unión del término Wow y de la palabra viaje en inglés se ha popularizado como sinónimo de viaje sorpresa.  Una nueva dinámica en la que el viajero no sabe cuál será su destino hasta que está en el aeropuerto y que cada vez se practica de forma más habitual.
8. Flexivegano: orienta la alimentación a vegetales y frutas limitando el consumo de proteínas animales. Otra de las palabras que no me aplicaré. Como sano, pero de todo.
9. Sororidad: hace referencia a la solidaridad y concordia entre mujeres. Un movimiento cada vez más conocido y reconocido en una sociedad que lucha por la igualdad.
10. Casoplón: ¿tú has visto mi casa? Pues esto es todo lo contrario.

¿Aportas alguna más?

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