Barcelona está repleta de lugares turísticos que se han hecho un nombre ya sea por su incontestable belleza, el boca a boca entre visitantes o por la especulación turística.
Durante los meses de verano, los residentes en Barcelona, observamos un patrón muy parecido donde los turistas se agolpan en zonas muy determinadas y no suelen traspasar aquello que no aparece en las guías.
Aunque parezca difícil, todavía existen rincones en Barcelona de gran belleza apartados de las rutas más frecuentadas.
Si deseáis visitar lugares más populares -y donde a buen seguro encontraréis una gran afluencia de gente en temporada alta- podéis leer nuestros artículos sobre la plaza del Rei, Santa María del Mar, la plaza de Sant Felip Neri, la basílica de la Merçè, el monumento a Colón o el barrio judío del gótico.
A continuación voy a enumerar alguno de los lugares que más me gustan de la ciudad y se encuentran alejados de las rutas turísticas más habituales.
Espero que os ayude para esos días de visita en Barcelona donde lo que uno prima es la tranquilidad y escapar de la exasperación de ver hordas de turistas incapaces de colocar bien el billete del metro en las máquinas.
1. El Parc de l’Oreneta: otro mirador, otra perspectiva
En la punta más al oeste de la ciudad, el parque de l’Oreneta se extiende y mezcla con la sierra de Collserola. Se trata de un parque más bien salvaje donde el bosque de pinos predomina y ofrece unas vistas distintas a las habituales con enfoque a Montjuic y al delta del Llobregat así como una perspectiva similar al trazado que realiza la cercana Diagonal.
Existe un trenecito para alegría de los mñas pequeños que circula a lo largo del parque y también una terraza donde preparan unos pollos a la brasa espectaculares. Generalmente las mesas están reservadas pero también ofrecen servicio para llevar así que tenéis un buen picnic asegurado bajo la sombra de los pinos este verano.
2. La Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor
En el meollo de la ciudad, a apenas un par de calles de la plaza Sant Jaume, se levanta una iglesia prácticamente desconocida para el habitual turista de Barcelona.
La basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor es de estilo gótico aunque esconde unos primeros asentamientos que retroceden a la época románica y visigoda. El interior es bonito de por sí pero especialmente os sorprenderán las vistas que obtenemos desde lo más alto del campanario.
La entrada sale por dos euros y es muy probable que no encontréis a nadie durante vuestra ascensión por las escaleras. Las vistas a la cercana Catedral y a todo el conglomerado de edificios históricos del centro de Barcelona son para enmarcar.
3. La Biblioteca Arús y la Estatua de la Libertad de Barcelona
¿Sabías que existe una réplica de la Estatua de la Libertad en Barcelona? Seguro que habrás pasado cientos de veces por el Paseo de San Joan en dirección a Arco de Triunfo y habrás pasado de largo.
Escondida en el interior de la Biblioteca Pública Arús (Passeig de Sant Joan, 26), la estatua fue encargada al escultor modernista Manel Fuxà para iluminar la entrada principal de la biblioteca y desde el 1895 no ha cambiado de sitio.
Asimismo, la biblioteca, preciosa y con raíces masónicas, es también un buen pretexto para adentrarse en el mundo del conocimiento.
4. Plaça de Sant Agustí Vell: el corazón del barrio del Born
Entre el meollo de turistas que merodean por el Paseo del Born o el parque de la Ciutadella, la plaza de Sant Agustí Vell mantiene su estilo arquitectónico impecable. Entrar en ella es como adentrarse a una época remota. Los sábados habitualmente encontraremos un mercado de agricultura ecológica y de vez en cuando otro de ropa de segunda mano.
Si os pasáis un domingo por la mañana es posible que me veáis tomando un café en la terraza del bar Joanet o en el interior del claustro del cercano Convento de Sant Agustí Vell.
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5. El Turó de la Peira: un mirador a Barcelona
Existen varios miradores en la ciudad y alguno de los secretos mejor guardados como el Turó de la Rovira con un pasado remoto todavía latente que huele a pólvora y hambruna ya han dejado de ser un secreto para convertirse en otro highlight de la ciudad según las guías turísticas. Hace cuatro días solo veías a vecinos paseando al perro y ahora llegan tours en autocar a cada cierta hora.
No obstante, en el corazón de Barcelona existen varios montes y algunos permanecen alejados de las hordas turísticas. Entre ellos destaca el Turó de la Peira, en Nou Barris, con sus ocho hectáreas de verde y no muy lejos de la parada de metro azul de Vilapicina.
Desde el Turó de la Peira encontraréis un magnífico lugar para pasear, hacer vuestro picnic y disfrutar de unas estupendas vistas a Barcelona desde su lado este. Las mejores fotos las podrás hacer a la hora del atardecer.
6. Torre Baró: El Taj Mahal de Barcelona
El barrio de Torre Baró prácticamente vive a expensas del centro de la ciudad. Acercarse a la periferia del noreste de Barcelona ofrece la sensación de encontrarse en otro lugar completamente distinto.
De hecho, cualquiera diría que la expresión quinta forca sigue vigente y es que en épocas medievales en esta zona se levantaba una horca (la quinta de la ciudad) para advertir a maleantes antes de entrar en Barcelona y de ahí proviene la expresión en catalán.
El nombre del barrio proviene de la gran torre que preside la colina. Desde ella obtendremos vistas preciosas a la ciudad y especialmente del curso del río Besos así como a las zonas limítrofes del Vallès.
¿Por qué la titulamos la Taj Mahal de Barcelona? Si entráis en el enlace de más información descubriréis la historia que se esconde tras este edificio histórico.
7. El Cementerio de Poblenou: el arte abraza a la muerte
Son ya casi 250 años desde la construcción del cementerio más antiguo de Barcelona. A lo largo de todo este tiempo escultores de distintas épocas y estilos han ido perfilando una obra de arte en este camposanto donde el silencio y la calma se contrapone a las calles más ajetreadas del centro.
Entre todas las esculturas que veremos en el cementerio de Poblenou, especialmente destaca ese estilo romántico donde el arte abraza la muerte con una impactante simbología a través de panteones y esculturas.
El Beso de la Muerte no dejará a nadie indiferente y si os gustan las leyendas tratad de encontrar entre las islas y nichos la tumba de El Santet, un insigne vecino del barrio del Poblenou a quien la gente todavía acude para pedirle que obre con sus milagros.
8. La plaça del Llagut en la Barceloneta
Es uno de esos rincones que pasan desapercibidos por la gran mayoría. En medio del follón de la Barceloneta donde cada cinco minutos el metro deja una horda de turísticas que no suelen salirse del Paseo de Borbón y del Paseo Marítimo, el barrio de la Barceloneta todavía mantiene sus raíces y carácter propio.
A pocos metros del mercado, la plaza del Llagut se encuentra rodeada de pisos de protección oficial para la gente histórica del barrio, con una fuerte lazo con el mar.
Con el suelo de arena, unos cuantos columpios para los chavales, la gente que se trae la silla de casa para conversar y una terraza de bar que a veces permanece abierta. El lugar en sí no tiene nada de particular.
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No obstante, pasear por ella me transporta a la Badalona que conocí en los años ochenta cuando era un chaval y me dejo llevar por los olores que emanan de las cocinas, las conversaciones que entablan los vecinos desde las ventanas y ver a los niños jugando sobre la arena como hacíamos nosotros hace ya unas décadas.
Y todo eso, a tocar del meollo turístico más agresivo de la ciudad.
9. El Turó del Putxet: un balcón sobre el barrio de Gràcia
El turó del Putxet es otro de los puntos claves para divisar el horizonte de Barcelona. Encaramado sobre el barrio de Gràcia, sus 5 hectáreas de terreno verde ofrecen un laberinto de caminos que terminan en su cima a 178 metros de altura.
Con áreas de picnic, áreas de juego, canchas de petanca y una gran variedad de árboles, en el turó del Putxet apenas encontrarás a los habituales vecinos paseando el perro y algún grupo de amigos o parejas disfrutar de una tarde tranquila.
10. El parc del Laberint d’Horta
En la zona norte de la ciudad, en el barrio de Horta y a tocar de la sierra de Collserola, se despliega un curioso laberinto entre cipreses convertido en uno de los mejores entretenimientos de familias con niños pequeños.
El labertino además está ubicado en un parque de más de 50 hectáreas con multitud de jardines de estilo romántico y neoclásico.
La entrada 10 lugares desconocidos de Barcelona que no encontrarás en la mayoría de guías de viaje aparece primero en Viajablog.
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