En esta ocasión tengo el placer de entrevistar a dos de mis viajeros favoritos: Ruben y Merce. Les tengo un cariño especial porque les conozco personalmente, y además les sigo desde que comenzaron a viajar y a publicar sus vídeos. He de confesar que me los he visto todos, y cada cual me ha gustado más. Dos Bicis Sin Destino es su canal, donde te aseguro que vas a descubrir a dos personas con una gran calidad humana y una verdadera pasión por viajar. Os dejo la entrevista, que no tiene desperdicio. Espero que os guste.
Antes de nada, ¿podríais hablarnos un poco de vosotros, decirnos quiénes sois?
Somos Mercedes y Rubén de Murcia (España). Comenzamos a viajar juntos en el año 2004, tan solo unos pocos meses después de conocernos, Anteriormente habíamos visitado algunos lugares cada uno por nuestra cuenta pero la verdadera pasión por los viajes comenzó en ese primer viaje a México que compartimos. Nos gusta viajar por libre sin contratar demasiadas cosas para poder decidir día a día lo que vamos a hacer. En el año 2012 comenzamos a viajar en bicicleta con alforjas y de manera totalmente autosuficiente. El viaje de nuestra vida lo realizamos en este medio de transporte, durante un año cruzamos Asia por la Ruta de la Seda, comenzando en Dubai y finalizando en Filipinas. Ahora estamos en un nuevo proyecto, cruzar Africa de norte a sur desde El Cairo a Ciudad del Cabo por etapas. Hace un par de meses que regresamos de la tercera etapa de este viaje donde pedaleamos por Uganda y Ruanda, próximamente nos gustaría continuar por Tanzania.
¿Cuantos países habeis visitado?
Pues los acabamos de contar, no le damos mucha importancia a la cantidad de países visitados. Merce 45 países y Rubén 65.
¿Cual os ha gustado más y cuál menos, por qué?
¡Ufff! una pregunta que nos hacen habitualmente y siempre es complicada de responder, sobre todo para elegir los que más nos gustaron.
No vamos a decir un país sino una zona del mundo que nos encantó, Asia Central. Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, países bastante desconocidos para el turista convencional pero que recomendamos a cualquiera que quiera alejarse un poco de los circuitos tradicionales. El primero por sus desiertos y ciudades míticas de Ruta de la Seda, Khiva, Bukhara y Samarcanda. Tayikistán y Kirguistán por la espectacular cordillera del Pamir que recorrimos en bicicleta disfrutando de sus paisajes y al mismo tiempo sufriendo por sus exigentes subidas, viento helado en pleno mes de julio y el mal de altura. Las comunidades locales de estos países tienen poco contacto con el turista occidental y todavía se pueden encontrar pueblos anclados en el pasado.
Indonesia es un país del que estamos enamorados, sobre todo de las islas de Sulawesi, Flores y Sumatra, sin embargo si tuviéramos que elegir el lugar que menos nos ha gustado ese sería la Isla de Bali donde nos sentimos constantemente acosados por vendedores y taxistas, eso hizo que nuestra experiencia no fuera agradable. No nos gusta juzgar un lugar simplemente por unos días de vacaciones, seguramente si hubiéramos profundizado más y viajado por zonas más tranquilas, nos hubiera encantado la isla, así que algún día habrá que repetir.
¿A qué ciudad no volveríais?
Como la peli de James Bond: Nunca digas, nunca jamas. A las dos ciudades que nos prometimos que no volveríamos resulta que hemos regresado. La primera vez que visité Delhi le dije a Merce que si me perdía no me buscara allí, y unos años más tarde volví a Delhi con ella.
Otra ciudad fea y agobiante a la que hemos regresado es Teheran, tenemos muy buenos amigos allí y aunque la ciudad nos parece horrible, seguramente volveremos de nuevo para la boda de un gran amigo iraní.
¿En cual viviríais una larga temporada?
Cada vez nos gustan menos las ciudades, si tuviéramos que elegir viviríamos en un lugar tranquilo de Filipinas, buen tiempo, selvas tropicales, volcanes, playas de ensueño y gente amable. Ahhh, y barato, que también es importante.
¿Es el mundo tan peligroso como lo pintan los medios de comunicación?
Para nada. Es normal que la gente tenga miedo, solo tienes que ver las noticias en la televisión a diario para entender porque algunos te miran con cara de: “Pobrecillos, los van a matar” cuando les comentas que vas a viajar en bicicleta por Irán. La realidad es que en nuestros dos meses y medio viajando por este país solo recibimos hospitalidad, invitaciones a dormir y a comer a diario, llegando hasta el punto que tuvimos que rechazar muchas invitaciones para poder tener un poco de intimidad de vez en cuando. Con esto no queremos decir que todo el mundo sea bueno, pero si nos atrevemos a asegurar que el 95% de la gente si que lo es.
¿Cuándo y cómo empezó vuestra afición por los viajes?
Ambos hemos tenido desde siempre curiosidad por viajar pero como tantos otros al principio teníamos ese temor a viajar por nuestra cuenta por determinados países, sobre todo fuera de Europa. En el año 2002 yo (Rubén) realicé un viaje de 10 días por Costa Rica con todo organizado, el país me encantó pero me juré que tenía que volver por mi cuenta, sin que nadie me dijera que es lo que tenía que visitar y donde tenía que dormir. Al año siguiente volví, alquilé un 4×4 y recorrí el país en solitario, desde entonces se metió la droga viajera en mis venas. En 2004 conocí a Merce y desde entonces no hemos parado de viajar juntos.
¿Cómo se os ocurrió un viaje en bicicleta?
En el año 2008 durante uno de nuestros viajes por Asia conocimos a varias personas viajando por el mundo por periodos de un año o más, nos quedamos sorprendidos y desde entonces comenzamos a darle vueltas al asunto. Esta gente viajaba en plan mochilero pero nosotros queríamos hacerlo durante al menos dos años y el presupuesto para alojamientos no nos cuadraba, así que nos pusimos a buscar por internet el modo de viajar de manera autosuficiente, con tienda de campaña y sin gastar mucho dinero. Descubrimos que había mucha gente viajando en bicicleta por el mundo, sobre todo nos inspiró el blog y los libros de Salva Rodríguez, un granadino que entonces estaba dando la vuelta al mundo en bicicleta y que ya la ha finalizado después de casi diez años sin regresar a España.
¿Qué equipamiento mínimo lleváis?
Somos como los caracoles, llevamos nuestra casa cuestas. Para viajar en bicicleta y hacerlo de manera autosuficiente lo primero que necesitas es una tienda de campaña, además de los complementos para dormir en ella, esterillas y sacos de dormir. Hay que intentar ahorrar en peso todo lo que se pueda ya que luego todo lo que lleves de más lo vas a tener que cargar en las subidas, así que los cicloturistas intentamos minimizar. Llevamos la ropa justa, siempre es posible encontrar la forma de lavar. También llevamos comida y un hornillo multicombustible para cocinar, además de cazo, sartén, vasos, cubiertos, etc. El hornillo consume, gasolina, gasoil y derivados, hay países en los que no hay botellas de gas pero siempre vas a localizar estos carburantes. También llevamos algunas herramientas y piezas de recambio para las bicicletas. Nos dedicamos a hacer vídeos para publicarlos en nuestro canal de Youtube “Dos Bicis Sin Destino” y cada vez acarreamos más cámaras y trastos electrónicos, esto también se lleva una parte del peso. En total hemos llevado entre 20 y 40 kg de equipo por persona, según el viaje, ya que por ejemplo no es lo mismo viajar en invierno que en verano. Esto sin contar el peso de la bicicleta que es de unos 15 Kg.
¿Cómo lleváis el tema de la mecánica?
Regular. No somos grandes expertos en el tema mecánico. Aquí en Murcia acudimos habitualmente a “Murcia en Bici”, un taller autogestionado en el que te ayudan a reparar tu bicicleta, pero somos un poco negados. Aún así hemos salido de algún apuro en nuestros viajes porque a chapuzas no nos gana nadie. Solemos llevar algunas herramientas y piezas de recambio, sobre todo cámaras, parches para los pinchazos y pastillas de frenos.
¿Qué piensan de vuestra decisión los familiares y amigos?
Los padres y madres no están muy contentos, siempre piensan que nos va a pasar algo. En el resto de la familia y amigos hay diferentes opiniones, muchos al principio nos trataban de locos pero ahora lo ven con normalidad y disfrutan de lo que hacemos. Luego está la gente que desde el principio nos ha apoyado y nos sigue como auténticos fans.
¿Cuéntanos una experiencia mala que hayáis tenido. Habéis sentido peligro real alguna vez?
Siempre nos preguntan esto, y la mayoría de las veces contestamos que no, nos parece injusto hablar de una experiencia mala cuando hemos tenidos miles buenas, pero por ser tu te lo vamos a contar, jajaja. Creo que es la primera vez que contamos esta experiencia en público, es una historia un poco larga, espero que la familia no la lea, sobre todo los padres.
Viajábamos por Oman, llevábamos tan solo un par de semanas pedaleando en un viaje que se alargó durante un año. Durante esas dos primeras semanas descubrimos uno de los países más hospitalarios del mundo, la gente nos invitaba a sus casas a comer y dormir, en algunas tiendas no nos dejaban pagar la compra y hasta en una ocasión un chico nos invitó a una noche de hotel. Era tal la hospitalidad de la gente que creo que por eso bajamos la guardia. Hacía un calor asfixiante para ser el mes de febrero y paramos a descansar a la sombra, en una pequeña aldea, cuando apareció un coche con tres chavales jóvenes y comenzaron a hablar con nosotros y a preguntarnos por el viaje, cosa bastante habitual. En un momento dado nos preguntaron si podían probar nuestras bicicletas y accedimos a que se dieran una vuelta con ellas. Dos de ellos se montaron en las bicicletas y en lugar de dar una vuelta de unos metros se alejaron rápidamente de nuestra vista y desaparecieron con ellas y todo nuestro equipaje. Comenzamos a correr como pollos sin cabeza por la aldea para intentar localizarlos, la gente nos decía por donde habían pasado pero los habíamos perdido, así que se pensamos que el tercer chico se había quedado en el coche esperándolos. Yo (Rubén) llegué al coche y se me ocurrió coger las llaves como garantía. Después de esperar y esperar, una media hora, aparecieron estos dos personajes riéndose de nosotros y entonces les quitamos las bicicletas y les dijimos que teníamos las llaves de su coche, que hasta que nos registráramos todas las alforjas para ver si nos faltaba algo, no se las dábamos. Uno de ellos, el más chulito, empezó a desesperarse a los cinco minutos y comenzó a gritarme pero yo seguí a mi rollo mirando las alforjas, poco a poco se fue enfureciendo más por la espera y cogió un palo de una carpintería cercana para agredirme, entonces le sujeté el palo y estuvimos forcejeando. Uno de los amigos puso paz y al final le di las llaves, pero notamos que este tío estaba mal de la cabeza y no nos fiábamos. Se marcharon con el coche pero nosotros esperamos media hora más para abandonar la aldea. y todo estuviera más calmado. Llevábamos tan solo un par de kilómetros rodando cuando apareció el coche de esta gente con este loco y otro amigo y nos intentaron sacar de la carretera, arrojándonos una botella llena de agua, creemos que no nos atropelló porque había otros coches circulando. Continuamos pedaleando y entonces nos salió de repente por otro camino de tierra e hizo la misma operación. Entonces nos asustamos y paramos porque pensamos que si nos pillaba la próxima vez en un lugar solitario, sin tráfico, podía intentar atropellarnos. Pasó otro coche y lo paramos, le contamos lo que nos estaba sucediendo y llamó a la policía. Habíamos tenido la vista de tomar una foto del coche de estos individuos y de la matrícula, así que se lo proporcionó a la policía, cuya comisaría se encontraba a tan solo cinco kilómetros más adelante. La policía nos invitó a pasar por allí para denunciar pero como estos individuos nos habían visto parar al otro coche pensamos que ya no nos iban a molestar más y así fue durante los siguientes kilómetros. Esa noche tuvimos que acampar y no pasamos buena noche pensando si estos locos nos podían localizar y hacernos algo.
En nuestro último viaje por Uganda y Ruanda tuvimos otra experiencia que le pudo costar la vida a Merce, no lo contamos en la redes sociales para no asustar a la familia antes de volver y que vieran que estábamos bien. En enero comenzaremos a publicar vídeos de este viaje y lo podréis ver en nuestro canal.
De todas formas siempre decimos lo mismo, el mayor peligro de viajar en bicicleta es el tráfico, en España, en Oman o en la Conchinchina.
¿Por qué lugares aconsejarías a otros cicloturistas no pasar?
Lugares con conflictos armados o grandes índices de delincuencia. A nosotros nos gusta la aventura pero controlada, nunca nos meteríamos en Siria, Afganistan, Somalia o en Venezuela. Sabemos de un ciclista que el año pasado se adentró en el norte de Mali. En un grupo de whatsapp de cicloviajeros de África Occidental, donde el intervenía y donde tenemos amigos, todo el mundo le decía lo peligroso de esa zona pero hizo caso omiso y no se sabe nada de él desde entonces, es mas que probable que esté muerto a manos de terroristas o delincuentes.
¿Y una de las mejores experiencias?
Ufff, han sido miles de buenas experiencias, la gente te suele ayudar mucho cuando te ve viajando en bicicleta, muchas veces sienten admiración por lo que hacemos y otras creo que hasta pena, jajaja. Imaginad que veis a una pareja de viajeros sucios y sudados pasar por vuestro pueblo ¿Qué haríais? Pues en muchos lugares del mundo te invitan a sus casas a dormir, así, sin más, te paran y casi te obligan a quedarte. Nuestras mejores experiencias han sido en Irán, Omán, África Occidental y en los Balcanes. Como hemos dicho antes, un chico que conocimos en un restaurante en Omán nos invitó a un hotel, algo que posteriormente nos sucedió también en Irán, donde además de eso éramos invitados en infinidad de ocasiones, casi a diario. Os vamos a contar una experiencia bastante habitual en Irán, la llamaremos “EL GRAN ATRACÓN” Acabamos nuestra jornada ciclista en un pueblo y fuimos a comer a un restaurante donde le preguntamos al dueño por un lugar para acampar. Si dudarlo nos dijo que nos quedáramos en su casa, cerró inmediatamente el restaurante, guardamos nuestras bicicletas en el local, y nos llevó a su casa en coche. Era una familia modesta que solamente hablaba persa, así que la comunicación en un principio fue difícil aunque al final es increíble lo bien que nos pudimos entender. La mujer nos hizo el té con pastas y nos mostraron una habitación para dormir la siesta. Después de la siesta nos llevaron a la casa de unos familiares, que nos dieron la merienda, luego a casa de otros y a comer más. Un extranjero en estas zonas no turísticas de Irán es como un extraterrestre y a veces te sientes como un trofeo que muestran con orgullo en el pueblo. Después de las dos meriendas nos propusieron visitar a otros familiares que tenían una pastelería y nos enseñaron el horno donde hacían los dulces, había bandejas llenas de ellos y nos invitaron a que comiéramos los que quisiéramos, aunque no nos apeteciera, era hacerles un feo el no probarlos, así que acabamos llenos, ya no nos cabía nada más. Cuando ya pensábamos que la jornada había finalizado y que nos llevarían de regreso a la casa a dormir, entonces nos dicen que ahora vamos a cenar. Nos llevaron al restaurante y de nuevo a zampar. Este era un caso habitual en Irán, el país más hospitalario del mundo, solo tenéis que preguntar a otros viajeros.
¿Habéis hecho muchos amigos en en vuestros viajes que mantenéis actualmente?
Vamos a ser un poco cansinos con Irán, pero es que es el país donde más amigos tenemos. En Teheran tuvimos que hacer farragosas gestiones en los consulados para conseguir los visados de Asia Central y China. Allí conocimos a Imán, un cicloviajero iraní que nos acogió en su casa durante veinte días. Su madre nos cuidaba como a hijos suyos y por más que queríamos abandonar la capital, al final nos quedábamos un día más ante su insistencia. Dos años más tarde invitamos a Imán a España y nos visitó durante diez días, incluso estuvimos viajando juntos en bicicleta por nuestra región. Actualmente se está viviendo una situación muy tensa en el país y nos da mucha pena lo mal que lo están pasando.
¿Qué es lo que más se echa de menos cuando estáis fuera?
Sin duda la familia, es lo que más se echa de menos, sobre todo a los padres que los tenemos mayores. Algunas veces también se echa de menos la comida, pero a eso nos vamos adaptando cada vez mejor.
¿Qué consejo darías a quien se quiere iniciar en este tipo de viajes?
No somos “talibanes” en esto de viajar y aunque ahora disfrutamos de hacerlo en bicicleta lo mismo en un futuro nos da por hacerlo de otra manera, nos consideramos más viajeros que ciclistas. Lo que aconsejaríamos a alguien que quiera viajar así y que tenga algún temor, es que al menos lo intente, lo peor que puede pasar es que tenga que regresar a casa porque no era lo que esperaba. Le diríamos que el mundo no es tan peligroso como nos lo pintan en las noticias, que la gente te va a ayudar mucho y que es una forma de viajar muy gratificante, sobre todo por la gente increíble que vas a conocer. Tampoco es todo color de rosa, se sufren las inclemencias meteorológicas, dormir en lugares incómodos, y otras dificultades pero a nosotros nos compensa con creces.
Os dejamos los links donde podéis encontrar más información sobre Dos Bicis Sin Destino
✔ Web
✔ Youtube
¡¡¡Muchas gracias por la entrevista chicos!!!
La entrada ENTREVISTA: Dos Bicis Sin Destino se publicó primero en Viajeros por el Mundo.
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